Monday, September 01, 2008
SEGUN PATRICK MOORE, COFUNDADOR DE GREENPEACE
En 1986, el grueso de la sociedad occidental estaba ocupada adoptando la agenda ecologista que era considerada radical sólo 15 años antes. Para 1989, Chenobyl, el Exxon Valdez, la amenaza del calentamiento global, y el agujero de ozono habían establecido el debate.
Mientras que previamente el movimiento ecologista se encontró puertas afueras del poder, ahora estaba invitado a la mesa alrededor del mundo. Para los ecologistas, acostumbrados a la política de la confrontación, esta nueva era de aceptación imponía un gran reto.
Después de 15 años en el frente, liderando las campañas de Greenpeace y manejando los dolores de una organización joven, yo decidí seguir adelante. Había una serie de razones; una familia joven que necesitaba de mi con mayor frecuencia, abundancia de voluntarios para tomar mi puesto, y la necesidad de añadirle una nueva dimensión a la vida. Pero la razón más perentoria fue la sensación de que nuestra misión, por lo menos de la manera en que yo la entendía, estaba cumplida en gran manera.
Para mí, Greenpeace se trata de hacer sonar una alarma ecológica, despertar la conciencia masiva a las verdaderas dimensiones de nuestros problemas mundiales, señalando los problemas y definiendo su naturaleza. Greenpeace no tiene, necesariamente, las soluciones y ciertamente no está equipada para ponerlas en práctica. Eso requiere de gobiernos, corporaciones, instituciones públicas y ecologistas combinados en un alto grado de cooperación. Las políticas de culpa y vergüenza tienen que ser reemplazadas por las políticas de trabajar juntos y ganar.
No fue coincidencia de que el proceso de negociación basado en un consenso de mesa redonda fue adoptado por miles de ecologistas. Es la herramienta lógica para trabajar en el nuevo espíritu de la cooperación verde. Quizás no sea el sistema perfecto para la toma de decisiones, pero como Churchill decía acerca de la democracia, “Es la peor de las formas de gobierno, con excepción de todas las demás.” Un enfrentamiento colaborador promete darle a los asuntos ambientales una consideración justa en relación a las prioridades económicas y sociales tradicionales.
Algunos ecologistas no lo vieron así y, en el nombre de una “profunda ecología” dieron un fuerte viraje hacia la ultra-izquierda, trayendo una modalidad de extremismo e intolerancia. Como clara señal de esta nueva agenda, Greenpeace hizo un llamado en 1990 a “una revolución de las bases en contra del pragmatismo y el compromiso.”
La caída del muro de Berlín contribuyó a este giro a la izquierda. Súbitamente, el movimiento internacional por la paz tenía mucho menos para hacer. Los grupos pro comunistas de Occidente fueron desacreditados. Muchos de sus miembros se trasladaron al movimiento ecologista.
Como ecologista del centro político, yo me encuentro ahora tildado de traidor y vendido. Mi nombre aparece en la Guía de Organizaciones Anti Ecologistas de Greenpeace. Hasta mi compañero fundador de Greenpeace, Bob Hunter se refiere a mí como un “Eco-Judas.” Si, estoy ayudando a la industria forestal a limpiar su acto de modo que podamos estar otra vez orgullosos de ello. ¿Por qué no tendría que hacer yo una contribución a la reforma ambiental en la industria en que mi padre y mi abuelo trabajaron por más de 90 años?
No es que yo no crea que el ambiente está en profundos problemas. El agujero de ozono es real, y estamos sobrepoblando y sobre-explotando muchos de los ecosistemas más productivos de la Tierra. Nuestra especie está probablemente destinada a un viaje rudo durante las próximas décadas. Sería lindo pensar que pudiésemos mantener un aspecto de civilización mientras que trabajamos a lo largo de estos tiempos difíciles.
Pero la nueva variante del movimiento ecologista es tan extrema que mucha gente, incluyéndome a mí, cree que su agenda es una amenaza más grande para el ambiente global que la sociedad en general.
Algunas de las características del eco-extremismo son:
- Es antihumano. La sociedad humana es caracterizada como “un cáncer”sobre la faz de la Tierra. Los extremistas perpetúan la creencia de que toda actividad humana es negativa mientras que el resto de la naturaleza es bueno. Esto da por resultado la alienación de la naturaleza y subvierte la lección más importante de la ecología: que todos somos parte de la naturaleza e interdependientes con ella.
- Es anti-tecnología y anti ciencia. Los eco-extremistas sueñan con volver a una clase de sociedad tecnológicamente primitiva. La explotación de bosques con caballos es la única clase que los extremistas pueden realmente tolerar. Ellos ven a las grandes máquinas como intrínsecamente destructivas.
- Es anti-organización. Los extremistas ambientales esperan a que todo el mundo adopte la anarquía como un modelo de comportamiento individual.
- Es anti-comercio. Los eco-extremistas no sólo se oponen al “libre comercio”, sino que al comercio internacional también, en la creencia de que cada “bio región” debería ser autosuficiente. Si es demasiado frío para cultivar bananas - mala suerte.
- Es anti libre empresa. A despecho de que el socialismo de estado ha fracasado, los eco-extremistas son básicamente anti-negocios.
- Es anti democrático. Este es quizás el aspecto más sórdido del movimiento ecologista radical. La forma básica de nuestra sociedad, la democracia representativa liberal, es rechazada por ser “demasiado centrada en lo humano.” En el nombre de “hablar por los árboles y otras especies”, estamos enfrentados a un movimiento que traería aparejada una era de eco-fascismo. La “Policia Planetaria” no respondería sino únicamente a la misma “Madre Tierra.”
- Es básicamente anti-civilización. En su esencia, el eco-extremismo rechaza virtualmente todo lo relacionado con la sociedad moderna. Se nos dice que nada que no sea el regreso a la sociedad tribal primitiva puede salvar al planeta del colapso ecológico. No más ciudades, no más aviones, no más trajes de poliéster. Es una versión muy ingenua de un retorno al Jardín del Edén.
El reto para todos los ecologistas es resistir la ruta del siempre incrementado extremismo, y saber cuándo hablar en vez de luchar. Para permanecer creíble y efectivo, ellos tienen que rechazar el acercamiento antihumano y anarquista. Esto se hace difícil por el hecho de que muchos individuos y sus mensajeros, los medios, están atraídos naturalmente a la confrontación y al sensacionalismo. No es fácil entusiasmarse por un encuentro en una comisión, cuando uno puede hacer que el Estado se arrodille en una barricada.
Patrick Moore es un director de la Forest Alliance, y consultor ambiental.
Este artículo apareció publicado en The Vancouver Sun el 2 de febrero de 1994, bajo el título "A Medida que el Mundo Gira".
Fuente:
Labels: comunismo disfrazado, ecologia extrema
En el sitio web de Girardi se denuncia al hombre como una amenaza para el planeta.
La izquierda critica a la democracia por ser "excluyente".
Saludos.
Saludos!
Yo creo que la unica manera de hacer ecologismo es hacerlo no sólo, ya que no se puede confiar en esas ONG
La ecología es claramente una disciplina fundamental y vital para la existencia humana, pero lamentablemente la mal utilización que de ella ha hecho el marxismo obliga a disecarla cuidadosamente de estos elementos contaminantes.
La ecología cientifica es una víctima en este caso, otra más de la avaricia marxista de poder (como lo han sido en parte la religión y el arte), y no el ogro de la pelicula.
Pablo, que te quede claro que comprendo la diferencia y que no estoy contra la ecología en si, sino, al igual que Moore, que de esto sabe y harto, de lo que se hace en su nombre.
Creo que el visitar continuamente un blog y no dejar ningun comentario, en especial si este sería favorable, es una falta de respeto. ¿no les parece?
-Creo que hay que hacer una clara distinción entre ecología y ecologismo:La ecología es una ciencia que estudia el comportamiento de las poblaciones de seres vivos en un habitat determinado.Ahora el ecologismo es un movimiento carente en muchas ocasiones de bases científicas ,cuyos militantes se dejan llevar mas por las pasiones (o en algunos casos por el dinero como es el caso de los altos directivos de GreenMierda y FraudeMundial,esta última mas conocida como WWF).
Algunas de las acciones irracionales de estas organizaciones han llegado practicamente a constituirse como ecoterrorismo(recordemos que GreenMierda fue responsable de la epidemia de cólera en Lima a principios de los noventa al prsuadir a la población de no beber agua clorada y según algunos de que se omitiera el uso del cloro).
Saludos.
Por lo demas también merecen el apelativo de organizaciones eco-fascistas al promover el "zero-grow" o el no crecimiento de la población especificamente en países del Tercer Mundo.Gracias a los ecologistas ,la malaria cobra millones de vidas cada año en dichos países,desde la prohibición del uso del DDT,y las plagas de langostas diezman las cosechas cada cierto tiempo .El DDT fue considerado la mayor contribución para el progreso de la humanidad
los indices de mortalidad disminuyeron enormemte en aquellos países ,cosa que no les gusto a los ecoterroristas,que manipularon la verdad con respecto a este insecticida,diciendo que provocaba la mortandad de aves y otros seres vivos,cuando en realidad se descubrió con estudios cientificos que en los habitats donde hubo concentraciones de DDT las poblaciones de seres vivos lejos de disminuir aumentaron.
Saludos.
Lo de la malaria y el DDT aparecio incluso en un articulo de National Geographic.
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