Monday, April 27, 2009

 

POLONIA PROHIBE IMAGENES DEL CHE GUEVARA
COMO PARTE DEL COMBATE A LA PROPAGANDA TOTALITARIA:
TODO UN EJEMPLO DE COHERENCIA PARA EL MUNDO



La fotografía tomada por Alberto Korda en 1960, y que se ha transformado en un ícono de la izquierda totalitaria mundial, sería incluída en la ley polaca que impide la producción de propaganda totalitaria y fascista, siendo incluída, con toda razón, al lado, por ejemplo, de los símbolos nazis.
La ministra de la Igualdad de Polonia, Elzbieta Radziszewska, quiere expandir una prohibición contra propaganda fascista o totalitaria que abarcaría también la imagen de Ernesto "Che" Guevara, informó la radio polaca.La ministra dijo que quiere ampliar una ley que prohíbe producir propaganda fascista o totalitaria -que incluye libros, vestimenta y otros items- de forma tal que la legislación pasaría a prohibir también imágenes del "Che" Guevara, que en todo el mundo son populares en camisetas, afiches y murales. La idea es prohibir todo aquéllo que lleve una imagen de un sistema autoritario, incluyendo también las imagenes de Hitler, Lenin y Trotsky, asi como simbolos nazis y comunistas. De hecho, aun es común observar la presencia en las ferias del oeste polaco a neonazis alemanes que buscan comprar artefactos e imagenes nazis, prohibidas en Alemania.
"Yo respaldo una solución así", dijo el profesor universitario Wojciech Roszkowski al diario "Rzeczpospolita". "El comunismo fue un sistema terrible, asesino y responsable de millones de víctimas. Es muy similar al nacionalsocialismo. No hay razón para tratar a los sistemas -y sus símbolos- de manera diferente".
Sin embargo, quien incumpla dicha legislación podría ser sentenciado hasta a dos años de cárcel. . La ministra consideró que la ley "respaldaría a organizaciones para combatir al racismo" y contribuir a tomar medidas contra la venta de objetos nazis.
Polonia fue gobernada entre 1945 y 1989 por un duro régimen estalinista, y previamente sufrió la invasión nazi, por lo que esta nación conoce el "otro mundo posible" que ofrece el socialismo, y a su gente no le cuentan cuentos románticos y sentimentaloides respecto a esta ideología, cuya real cara tuvieron la oportunidad de conocer (sufrir) en carne propia durante 45 años . Chile tuvo la suerte de que sólo "disfrutó" esta experiencia por 3 años, tiempo insuficiente, al parecer, para tomar cabal conciencia de este mal.
La ministra Radziszewska, por su parte, defendió la propuesta ante el vendaval de cuestionamientos y consideró que la ampliación de la ley "podría servir de respaldo a organizaciones para combatir al racismo".
En realidad, cuesta entender el doble standard de quienes protestan por esta medida, a la vez que aplauden las mismas medidas aplicadas contra simbolos nazis. Comunismo y nazismo son igualmente despreciables y deben ser rechazados al mismo nivel.

Estas medidas forman parte de una valiente y comprometida campaña conservadora del presidente polaco Lech Kaczynski (2005) quien prometió una verdadera revolución moral en Polonia, prohibiendo el aborto en todas sus formas , asi como la propaganda totalitaria y homosexual en las escuelas. Ojalá algún día nuestros representantes políticos de la Derecha chilena llegaran a ser tan decididos y valientes a la hora de defender sus ideas y enfrentar la campaña de relatividad moral que ha implantado el progresismo en nuestro pais, casi sin oposición seria, en los últimos años.
Siento una envidia sana por la actitud y la visión de Polonia y su gente, no olvidemos que precisamente en la patria de Copérnico, Chopin y Juan Pablo II se inició la rebelión que marcaría el principio del fin del comunismo como sistema político en 1980 a través del sindicato Solidaridad de Lech Walesa, ocasión en la que nada menos que los obreros, supuestos beneficiarios principales en la teoría con el sistema comunista, comenzaron a cuestionarlo decididamente porque, en la práctica, no les favorecía. Y recordemos que, pese a años de intentos incesantes de sus gobiernos comunistas por descristinianizar Polonia desde la escuela, hoy esta nación registra una población de 90% de católicos, una de las cifras más altas entre todos los paises del mundo.
Polonia se ha convertido, en fin, en un paradigma del fracaso socialista en el mundo.
¡Viva Polonia!


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Tuesday, April 21, 2009

 


¿ POR QUIEN CREEN USTEDES QUE VOTARAN LOS
DELINCUENTES EN DICIEMBRE?





OBVIO : POR LA CONCERTACIÓN.

Ni tontos votarían por otro, si la Concertación y sus gobiernos les han hecho la vida más fácil, les han facilitado su "trabajo", con puertas giratorias, jueces blandos y hasta justificación moral de sus delitos.



¿POR QUIENES VOTARAN EN DICIEMBRE LAS
VICTIMAS DE LA DELINCUENCIA?










SI USTED LA HA SUFRIDO EN CARNE PROPIA,
¿VOTARÁ POR LOS MISMOS QUE SUS AGRESORES?
HABRIA QUE SER MUY, PERO MUY TONTO.
¿NO LE PARECE?


LO QUE ES BUENO PARA LOS DELINCUENTES,
NO ES BUENO PARA USTED.

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Wednesday, April 15, 2009

 
EL FAMOSO ESCRITOR CESAR VIDAL DESNUDA
LAS MENTIRAS QUE LA PROPAGANDA HA
IMPUESTO ACERCA DE ALLENDE





César Vidal Manzanares (Madrid, 1958) es un famoso y prolífico periodista y escritor español, doctor en Historia, conductor de programas de radio de alta sintonía en España como La Linterna, conductor de programas televisivos y colaborador de diversas revistas; cuenta con la increíble producción de más de 100 libros publicados desde 1987 , principalmente libros de divulgación histórica , temas religiosos y varias novelas históricas que han llegado a ser best sellers de la lengua hispana. Entre ellos destacan El Hijo del Hombre, Artorius, Grandes Procesos de la Inquisición, Los Hijos de la Luz, El Médico del Sultán y, su último éxito en librerias, El Caso Lutero. En 2005 escribió también un libro que analiza aquello de lo que pocos escriben: Paracuellos-Katyn: un Ensayo sobre el Genocidio de la Izquierda, en el cual analiza la olvidada y sofocada (por la propaganda izquierdista) tendencia histórica de esta fuerza política hacia la destrucción física de sus enemigos, adjudicándole siempre la culpa a otros.
César Vidal cuenta con varios méritos, ha recibido premios por su defensa de los derechos humanos (no provenientes de asociaciones de izquierda, sin duda) y tiene un perfil atípico no sólo por su prolífica obra, sino que por su claro compromiso religioso cristiano en su calidad de protestante que no duda en expresar, asi como su claro compromiso con las ideas de derecha, de las cuales es uno de los principales intelectuales referentes en la España actual. En una época en que la Derecha calla y se muestra tímida a la hora de mostrar y promover sus incuestionables valores morales, César Vidal se muestra por el contrario claro y convencido , entusiasta y contundente en su defensa.
En 2006 escribió otro de sus libros, "Mentiras de la Historia...de uso Común"(editorial La Esfera de los Libros), en cuyas casi 300 páginas, Vidal ilumina acerca de grandes mentiras históricas de todos los tiempos que la costumbre ha hecho creer que son verdaderas. Fruto de una profunda investigación de fuentes históricas, así como de un estudio exhaustivo de numerosos documentos, César Vidal expone a la luz la verdad de las tergiversaciones y nos acerca a la historia auténtica, la que deshace mitos. Lo curioso es que dedica uno de los capítulos de este libro a desenmascarar uno de los mitos que nos afecta cercanamente como pais : "¿Por qué tuvo lugar el golpe de 1973 en Chile?".
Siendo fiel al titulo del libro, en este capítulo Vidal se sacude de las clásicas mentiras e invenciones propagandísticas que la izquierda ha difundido orbi et urbi , sin oposición proporcional de quienes conocemos cuál fue la verdad acerca del tema, y muestra los hechos de un modo muy objetivo históricamente, tal como sabemos quienes lo vivimos en carne propia y sabemos lo que ocurrió en los nefastos años del experimento de la Unidad Popular.


En la primera parte de su análisis, Vidal presenta una breve biografía de Salvador Allende y de las circunstancias que rodearon la elección presidencial de 1970 que lo llevó al poder. Describe con detalle las conocidas gestiones del gobierno de Richard Nixon para intentar evitar el ascenso de Allende al poder, en el intervalo transcurrido entre la elección y la confirmación por el Congreso Pleno. Los planes Track I o gambito Frei, y Track II o intento fallido de alentar un golpe militar en Chile previo a dicha confirmación se describen con detalle, quedando claro que estos intentos fueron las únicas intervenciones serias destinadas a evitar (no derrocar) el gobierno socialista del agente pagado de la KGB, Salvador Allende. Con eso se desmitifica el hecho de que la salida de Allende y el golpe militar definitivo del General Pinochet obedeció a la acción de la CIA, como insiste la izquierda en imponer como verdad conveniente a sus intereses, sino que al caos institucional y al anhelo vehemente del pueblo chileno de deshacerse de tan mal gobierno que lo llevaba directamente a la guerra civil.

A continuación transcribo los capitulos 2, 3 y 4 de dicho trabajo de Vidal.

El texto original completo se puede encontrar en libertaddigital.com

II. De la presidencia al inicio de la revolución

Con un Gobierno de quince miembros de los que cuatro pertenecían a su partido socialista y tres al comunista, Allende inició su “vía chilena hacia el socialismo”. En el área agraria aceleró el proceso reformador iniciado por Frei y procedió a expropiar un millón cuatrocientas mil hectáreas en los seis primeros meses de mandato. En la laboral, el salario mínimo aumentó en un treinta y cinco por ciento. Al mismo tiempo, el 12 de noviembre el Gobierno anunció que desistía de las acciones legales emprendidas por delitos contra la seguridad del Estado, lo que benefició especialmente a los terroristas de extrema izquierda del MIR. El 21 de diciembre de 1970, Allende propuso una enmienda constitucional que autorizaba la nacionalización de la industria chilena del cobre. La medida podía ser acusada —y así fue— de intento de marxistizar al país pero la verdad es que la nacionalización había sido acariciada por otras fuerzas políticas chilenas. De hecho, Frei había logrado en 1969, mediante pactos con las multinacionales, la devolución de una parte de la riqueza minera y el demócrata cristiano Radomiro Tomic también había anunciado en su programa la nacionalización total.

Partiendo de esta base no resulta extraño que la enmienda para la nacionalización del cobre fuera aprobada por unanimidad por el congreso chileno —un congreso en el que Allende estaba en minoría— el 11 de julio de 1971. La expropiación fue acompañada de compensaciones de las que se excluyó a la Kennecott y a la Anaconda por los beneficios obtenidos en el pasado.

El 31 de diciembre, Allende anunciaba su proyecto de nacionalización de la banca y en enero de 1972 creó los tribunales populares siguiendo el modelo cubano, a la vez que indultaba a los terroristas de extrema izquierda. Cuando el 5 de febrero, anunció que no era el presidente de todos los chilenos no fueron pocos los que le dieron la razón temerosos —o jubilosos— de que Allende fuera un Castro chileno.

Las medidas de Allende eran dudosamente legales y, desde luego, su gestión no incluía contener a los que desbordaran el marco constitucional si su impulso era de izquierdas. Cuando el 2 de marzo de 1971, el MCR, rama del MIR, acusó de burguesa a la reforma agraria y realizó un llamamiento para ocupar las fincas sin reserva ni indemnización, Allende no se opuso e incluso el 17 del mismo mes comentó en una entrevista a Regis Debray que para llevar a cabo sus planes estaba dispuesto a reformar la justicia. El anuncio no pudo ser más oportuno porque sólo dos días después la Cámara de diputados dictaminó que la manera en que Allende estaba llevando a cabo la nacionalización de la banca era contraria a la ley. Al control de la banca y de la justicia, Allende quería sumar el de los medios de comunicación. Durante ese mismo mes de marzo, la asamblea de periodistas de izquierda solicitó la nacionalización de la prensa y en septiembre de 1971, el Gobierno vetó la extensión de los canales de TV a provincias.

Si la libertad de expresión y la independencia de la justicia estaban claramente amenazadas no podía suceder menos con la propiedad privada. En mayo, el Gobierno de Allende dio un nuevo salto revolucionario —e ilegal— al promulgar el “decreto de requisición de empresas textiles” y sancionar la ocupación de fábricas por parte de los trabajadores sin ningún tipo de trámite legal. A mediados del mes siguiente, Eduardo Frei instó a Allende a que disolviera las bandas armadas mientras la justicia invalidaba una tras otra las medidas tomadas por el Gobierno. Por supuesto, el presidente no escuchó ninguna de las voces embarcado en un proceso abiertamente revolucionario que en septiembre se caracterizó sobre todo por la ocupación violenta de fincas agrícolas.

Aparte del descoyuntamiento del orden constitucional y de un verdadero caos social, las medidas de Allende tuvieron entre otras consecuencias que la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo se redujera en un noventa y cinco por ciento y el Banco Export-Import, que previamente había autorizado créditos, los suprimiera por completo. Además se bloqueó la venta de repuestos y herramientas destinadas a los medios de producción, con lo que en pocos meses los vehículos que no podían circular por esta razón ascendían a varios millares. Por si fuera poco, el precio del cobre en el mercado internacional se redujo a la mitad. La inflación ascendió a un ciento sesenta por ciento (la más alta del mundo industrializado) y corrió en paralelo con una espantosa escasez de bienes alimenticios y de consumo que al intentar controlarse desde una mayor intervención estatal tan sólo provocó el florecimiento del mercado negro. La reacción popular ante un sueño convertido en espacio de tan pocos meses en pesadilla no se hizo esperar.

En diciembre de 1971 se produjo en Santiago la denominada “marcha de las ollas vacías” en el curso de la cual cinco mil amas de casa de clases altas y medias recorrieron Santiago protestando por la carestía y después haciendo ruido con cucharas y perolas ante el despacho del presidente. Era sólo un anticipo de lo que le esperaba al gobierno de la UP al año siguiente.

En 1972, las huelgas y las manifestaciones anti-allendistas se multiplicaron erosionando poderosamente al Gobierno. Sus protagonistas eran decenas de miles de ciudadanos de a pie a los que la crisis económica estaba empujando a una situación desesperada. Ése fue el caso de los mineros de la mina de cobre de Chuquicamata o del carbón, de los envasadores de refrescos, de los fabricantes de electrodomésticos o de los cincuenta mil propietarios de pequeños comercios de Santiago cuya manifestación en agosto concluyó de manera violenta. En paralelo, proseguían las ocupaciones ilegales de fábricas y el MIR se consideraba tan fuerte como para enfrentarse a tiros a las unidades de policía. Por si fuera poco, el 30 de agosto, Allende afirmó en un discurso que “la juventud debe poner atajo a los fascistas” y que “si hubiera una guerra civil la ganaríamos”.

La escalada de las huelgas llegó a su punto álgido cuando, unos días después de la requisa ilegal de seis fábricas (cuatro de aceite y dos de textiles), temerosos de una nacionalización del transporte, los miembros de la Confederación chilena de propietarios de camiones fueron a la huelga el 10 de octubre. Los comercios cerraron al no recibir los bienes de consumo y las fábricas por falta de materias primas. Al mismo tiempo, el transporte se colapsó. En la práctica, la huelga significó la paralización del país. Allende respondió enérgicamente al desafío decretando la ley marcial en un área de quinientos kilómetros en torno a Santiago y estableciendo una precaria red de transporte basada en camiones militares. Al ser declarada sediciosa la huelga, fueron asimismo detenidos los dirigentes sindicales. El Gobierno había recuperado el control y Allende se sintió lo suficientemente fuerte como para realizar en diciembre de 1972 un viaje oficial por México, la URSS, Argelia y Cuba, donde afirmó su identificación con las dictaduras comunistas. Ésta llegó a ser tan considerable que la misma URSS temió las consecuencias. En documentos recientemente desclasificados aparece la reticencia del embajador soviético en Chile a secundar los planes de Allende para crear una Cuba en los Andes, fundamentalmente por los costes que la dictadura de Castro ya significaban para la URSS. Con todo, los créditos y ayuda militar recibida de la dictadura comunista por Allende fueron muy considerables.

La política de Allende y la oposición cada vez mayor contra la misma tuvieron como consecuencia una rápida polarización de la opinión pública. Mientras amplios sectores de izquierdas la apoyaban —considerando que había que mantener la lucha contra el imperialismo y las clases altas—, no es menos cierto que otros fueron adoptando una actitud acentuadamente contraria. Incluso muchos reformistas se preguntaban si había sido sensato en tan breve plazo aumentar el salario mínimo en un treinta y cinco por ciento, si era posible esperar inversiones cuando se acosaba a terratenientes y empresarios, si podría esperarse ayuda internacional cuando se expropiaban las compañías norteamericanas y, sobre todo, si era tolerable que la democracia chilena estuviera siendo sustituida a ojos vista por una dictadura como la cubana.


III. Los últimos pasos de la revolución de Allende

Dado que todos los sondeos electorales preveían un fuerte retroceso para Allende, las fuerzas de la derecha llegaron a acariciar la idea de obtener una mayoría de dos tercios que permitiera desplazar de la presidencia al socialista. No faltaban razones para mantener un cierto optimismo al respecto. Pese a todo, los resultados electorales fueron interpretados por muchos como un refrendo de la política de Allende que alcanzó un 43,4 por ciento de los sufragios, es decir, una cifra superior a la que lo llevó a la presidencia de Chile, y un aumento neto de ocho escaños que le situaba muy cerca de la mayoría. A pesar de todo, durante los meses siguientes menudearon los conflictos sociales y en ellos se vieron involucrados crecientemente las fuerzas armadas. A la muerte del general Schneider, Eduardo Frei —aún presidente en funciones— había nombrado como nuevo comandante en jefe de las fuerzas armadas al general Carlos Prats, un militar convencido como su antecesor de la supremacía del poder civil sobre el militar, y Allende había confirmado el nombramiento al acceder a la presidencia e incluso lo envió a la URSS para negociar los términos de un acuerdo con Aleksei Kosyguin.

No resulta extraño que en aquellos momentos, Prats era el blanco de las iras del sector del ejército que se iba desplazando cada vez más en favor de una solución armada. El 22 de agosto, las esposas de trescientos oficiales se manifestaron ante la vivienda de Prats para mostrar su repulsa por el apoyo que había estado proporcionando a Allende hasta la fecha. Prats tardó apenas veinticuatro horas en dimitir convencido de que un importante segmento del ejército ya no obedecería sus órdenes. Le sustituiría el general Augusto Pinochet.

La situación que atravesaba el país era tan tensa que cuando a finales de junio de 1973 el diputado socialista Mario Palestrero afirmó que la UP estaba formando milicias para practicar “la violencia revolucionaria” y que, en su momento, irían “al barrio alto y los que serían fusilados no iban a ser obreros ni campesinos” la tensión aumentó más. El 23 de agosto, la Cámara de diputados aprobó un proyecto de acuerdo que invitaba a Allende y al Gobierno a “restituir la normalidad democrática del país” y poner “término a todas las situaciones de hecho que infringen la Constitución y las leyes”. Una vez más, Allende desoyó la voz de la legalidad.

Cuando el último día de agosto el colegio de abogados emitió un informe señalando que, de acuerdo con el artículo 43.4 de la Constitución, Allende está incapacitado para el ejercicio de su mandato, la respuesta fue fulminante. Allende pensó en convocar un referéndum para el 11 de septiembre y en el caso de que la mayoría de los sufragios se inclinara por él, disolvería el Congreso y convocaría unas nuevas elecciones. La solución era inaceptable en la medida en que desbordaba totalmente la Constitución, pero hubiera proporcionado a Allende siquiera una apariencia de legitimidad para continuar manteniendo las riendas del Gobierno en sus manos. Frente a esa salida iba a encontrarse con la resistencia del ejército.

Una serie de circunstancias especiales iban a favorecer la puesta en funcionamiento de un mecanismo que abortara la revolución de Allende. La principal, sin lugar a dudas, era que septiembre era un mes en el que las fuerzas navales chilenas y norteamericanas llevaban a cabo unas maniobras conjuntas denominadas “Operación Unitas”.


IV. El golpe

Con ese telón de fondo, los militares partidarios del golpe no sólo podrían movilizar a sus fuerzas sin provocar sospechas sino que además contarían con la ayuda directa de Estados Unidos.

El domingo 9 de septiembre anclaron en la región más septentrional del país diversos navíos de guerra norteamericanos. Aquella noche el general Augusto Pinochet, comandante en jefe del ejército; el general Gustavo Leigh, de aviación, y el vicealmirante José Toribio Merino, al mando de la zona naval de Valparaíso, se intercambiaron una nota en la que se señalaba como día D el martes a las 6 de la mañana.

El lunes 10 de septiembre, a las cuatro de la tarde, un conjunto de barcos de guerra chilenos abandonaron Valparaíso en dirección a cuatro navíos norteamericanos anclados frente a la costa del país. Apenas unas horas más tarde, el convoy aprovechó la oscuridad de la noche para regresar al puerto. El desembarco de las tropas golpistas fue seguido por el control de las comunicaciones, la detención —en arresto domiciliario— del almirante Moreno y el confinamiento de sospechosos en los barcos. Hacia las tres de la madrugada Valparaíso estaba firmemente en manos de los rebeldes. La acción de Valparaíso tuvo paralelos en todo el territorio nacional. Una tras otra, las regiones militares se sumaron a la ejecución del golpe deteniendo o ejecutando desde las primeras horas a las personas que se consideraba sospechosas de allendismo. La resistencia fue muy débil en todo el país si exceptuamos Santiago.

En este caso, la oposición al golpe derivó directamente del propio Allende. Despertado poco más tarde de las seis de la mañana por las noticias de que las fuerzas militares se dirigían hacia el palacio de la Moneda, inmediatamente se aprestó a defenderlo. A las siete, llegó al enclave con su guardia personal —veinte hombres— y telefoneó a su esposa para indicarle que seguramente no volverían a verse. A las nueve, aprovechando que dos de las veintinueve emisoras de radio de Santiago no habían caído en manos de los golpistas, se dirigió al pueblo de Chile por última vez. En este mensaje final insistió en su respeto continuo a la Constitución y las leyes y deploró la traición de los militares a su juramento de lealtad. En el mismo se dejaba traslucir también que no esperaba detener el golpe pero que confiaba en la tendencia de la Historia hacia el progreso y en la imposibilidad de detener los procesos sociales.

Allende estaba obviamente decidido a convertirse en un mártir pero los golpistas no deseaban otorgarle esa baza final. Apenas unos minutos después de que concluyera su proclama, Allende recibió la llamada del vicealmirante Patricio Carvajal ofreciéndole la salida del país para él y su familia si se rendía de manera inmediata. Allende se negó con una firmeza absoluta y los golpistas emitieron un comunicado señalando que el palacio de la Moneda sería atacado por la aviación a las once del mediodía. En realidad, la incursión aérea tuvo lugar apenas unos minutos antes de la doce y fue realizada por dos Hunter Hawk. A continuación, el Regimiento de blindados número 2, el mismo que el 29 de junio había intentado derribar a Allende, atacó el palacio. Lo que se produjo entonces fue una defensa suicida del presidente socialista y cuarenta y dos leales a varios centenares de soldados que contaban con apoyo de blindados y de aviación. Como señalaría después su amante, la comunista conocida popularmente como la Payita, y su médico personal, Allende se suicidó. Así acababa el experimento de creación de una Cuba andina.
Las razones de su fracaso y, especialmente, del golpe que lo abortó son diversas como hemos podido ver. Por un lado, estuvo la voluntad clara de Allende de aniquilar el sistema constitucional chileno en su vía hacia el socialismo. Con un centro y una derecha que fiaban aún en la vía de la legalidad y que no contaban con milicias armadas —como la UP— Allende hubiera podido consumar sus proyectos de mediar dos condiciones de carácter internacional como eran la abstención de Estados Unidos y el apoyo decidido de la URSS. Sin embargo, en 1973 Estados Unidos no estaba dispuesto a tener un nuevo Castro en el continente y la URSS tenía ya demasiados problemas internos como para aceptar una nueva hemorragia como la cubana. Así, a diferencia del dictador cubano, Allende se vio solo frente al ejército sin haber podido articular una fuerza armada suficiente (como la que había estado al servicio de Castro). El resultado fue el triunfo del golpe, la terrible represión subsiguiente y la creación de una dictadura que, al fin y a la postre, y también por razones internacionales, se autoconcluiría dejando paso a una transición democrática.

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Monday, April 13, 2009

 
¿Y ESTA ES LA GENTE QUE
PRETENDE SEGUIR GOBERNANDONOS?





¿ ESTA GENTE QUE SE AGARRA A INSULTOS EN UNA CEREMONIA PUBLICA ANTE LA TELEVISION, PRETENDE DARNOS UNIDAD COMO PAIS, SI NO SON CAPACES DE EVITAR INSULTARSE ENTRE ELLOS MISMOS?

¿ESTA GENTE DE LA CONCERTACION PRETENDE DAR GOBERNABILIDAD A CHILE?

¿PRETENDE SEGUIR DES-GOBERNANDO ESTA GENTE QUE CARGA CON LA PESADA MOCHILA DEL TRANSANTIAGO, DEL HOSPITAL DE CUREPTO, DE CHILEDEPORTES Y OTROS MUCHOS CASOS DE CORRUPCION, QUE CORRE A TOMARSE FOTOS CON UN DICTADOR QUE LLEVA 50 AÑOS EN EL PODER?


¿QUIEN PODRIA, EN SU SANO JUICIO, CREER AUN EN ELLOS?

LA ALIANZA POR CHILE ES LA UNICA OPCIÓN DE FUTURO PARA CHILE.

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Thursday, April 09, 2009

 
LA HISTORIA DEL TEMPLO VOTIVO DE MAIPU:
LA PROMESA HECHA POR O´HIGGINS EN MAIPU,
LA CONCRETO EL GENERAL PINOCHET EN 1974



En 1818, durante el último intento de España por reconquistar el territorio chileno en manos de los patriotas desde la batalla de Chacabuco, un año antes, el avance de las tropas realistas hacia Santiago tras algunas victorias generaba inquietud en la capital. En la Catedral de Santiago se realizaban misas diarias por el triunfo de la causa patriota. Allí, Bernardo O´Higgins, Director Supremo del país, promete formalmente, el 14 de marzo de ese año, la construcción de un templo a la Virgen en el lugar en donde se asegurara la independencia de Chile. Fueron sus palabras:

"En el mismo lugar en donde se dé la batalla y se obtenga la victoria, se levantará un templo a la Virgen del Carmen, Patrona y Generala de los Ejércitos de Chile, y los cimientos serán colocados por los mismos magistrados que formulen este voto, en el mismo lugar de su misericordia, que será el de su gloria".

La batalla definitiva y decisiva para la independencia de Chile tuvo lugar en el llano de Maipú, hoy populosa comuna de Santiago, el 5 de abril de 1818. Se cuenta que en un momento de la batalla, viendo el General San Martin flaquear un ala del Ejército chileno, gritó entusiasmado a las tropas: "Nuestra patrona, la Santísima Virgen del Carmen, nos dará la victoria y aquí levantaremos la iglesia prometida para conmemorar este triunfo" . Fue en este lugar en donde, una vez obtenida la victoria, cumpliendo con su promesa, O´Higgins ordenó la construcción del templo votivo.
En el mes de octubre o noviembre de 1818, no se tiene fecha exacta, el Libertador Bernardo O´Higgins colocó la primera piedra de la iglesia Votiva de Maipú o Capilla de la Victoria. Cabe mencionar que en esa oportunidad, las damas de la aristocracia reunidas en el lugar, acostumbradas a ser servidas, en honor a la Virgen fueron ellas las que sirvieron, turnándose por semanas, a todos los obreros y trabajadores en la construcción de la iglesia. Con fecha 18 de noviembre de 1818, Bernardo O ´Higgins y el Ministro Joaquín Echeverría, firman un decreto en el que instan a que sean acelerados los trabajos del templo de Maipú en vista del poco avance de las obras: "El Estado de Chile es deudor a la protección de la madre de Dios bajo la advocación del Carmen, de la victoria de Maipo".

PARALIZACION DE LAS OBRAS
Lamentablemente, al poco tiempo de iniciados los trabajos de la nueva iglesia, éstos se paralizaron indefinidamente, debido a la pobreza del erario nacional, producto de las guerras de emancipación y la implementación de la Expedición Libertadora al Perú.
En abril de 1877, Benjamín Vicuña Mackenna publica su obra "La Batalla de Maipú", en cuyo final hace un reclamo doliente por el templo votivo inconcluso y sin visos de llegar a terminarse algún día, mencionando el ya atávico olvido y mal agradecimiento del pueblo chileno por sus héroes y constructores de su patria, vigente hasta el día actual . Escribió Vicuña Mackenna: "Sòlo querríamos que sobre estos muros inconclusos de Maipú, una mano humilde escribiese esta leyenda de amargo reproche, pero de eterna y reparadora justicia, que algo siquiera enseñaría a nuestro orgullo: Aquí, envuelto en su sudario de gloria, yace el patriotismo chileno"

En 1885, el presidente Domingo Santa María, pese a su marcado anticlericalismo, decretó los fondos necesarios para que, en vista del estado de la construcción del templo, se terminen sus trabajos, interrumpidos por largos años. El presidente se propuso cumplir con el voto de O´Higgins y lo completó al cabo de dos años.

Primer Templo Votivo o Capilla de la Victoria (1887)

INAUGURACION DE LA IGLESIA VOTIVA
El 5 de abril de 1892 se efectuó la solemne bendición del primer templo votivo de Maipú, aún incompleto, llamado Capilla de la Victoria (foto superior), realizada por el Arzobispo Mariano Casanova y en presencia del Presidente Jorge Montt, Ministros, Diplomáticos y Fuerzas Armadas. En su altar mayor se encontraba un cuadro de Pedro León Carmona, discípulo de Ciccarelli, representando a la Virgen con el Niño, a sus pies se postra el Angel de Chile con el escudo de la patria y el cóndor heráldico.
Sin embargo, el terremoto de 1906, y un posterior temblor en 1927, provocaron serios daños en la estructura del pequeño templo. No se planificaron reparaciones hasta 1935, debido a razones económicas. En ese año se creó una comisión ad hoc.
En el Congreso Mariano de 1942 se hizo mención una vez más, de la ingratitud del pueblo chileno con la Virgen del Carmen : "Ojalá sea ésta la oportunidad propicia para que alguna vez realicemos, en la forma que corresponda al voto de nuestros padres de la patria y de nuestra devoción a María un templo digno de la grandeza de la Reina y Patrona de Chile". En la conclusión de dicho congreso se declaró la intención de transformar el modesto y deteriorado templo de Maipú en un grandioso santuario votivo, creando una nueva comisión a este objeto en 1943. Se aceptó, tras un concurso internacional, el proyecto del arquitecto chileno Juan Martínez. La primera piedra de este nuevo proyecto se colocó el 16 de julio de 1944, en presencia del Presidente Juan Antonio Ríos y con discurso de Monseñor Jose María Caro. La construcción avanzó muy lentamente, siendo necesario reemplazar a Juan Martínez 22 años después por otros grupo de arquitectos (Larraín, Covarrubias y Swinburn y luego Márquez de la Plata).
Se encargaron en 1966 los vitrales a un afamado vitralista, Adolfo Winternitz, residente en Perú.




La Virgen del Carmen


Treinta años después de colocada la primera piedra del nuevo templo, el 19 de febrero de 1974, el nuevo gobernante, el General Augusto Pinochet , declara que el Santuario Nacional de Maipú será concluído por fin ese mismo año, destinando la Junta de Gobierno fondos especiales para dicho efecto. Finalmente, tras 156 años de pronunciado el voto de O´Higgins tras la batalla de Maipú, el 24 de octubre de 1974, el General Pinochet, acompañado de la Junta de Gobierno y las máximas autoridades civiles, militares y eclesiásticas, se hace entrega al país del Santuario Nacional de Maipú y declara dignamente cumplido el voto que el pueblo y las autoridades de Santiago formularan el 14 de marzo de 1818. Se agradeció la conclusión de las obras en un solemne tedeum.
El interés del General Pinochet era concluir el templo agradecido al ver la terrible amenaza a la independencia de Chile que se había resuelto favorablemente el año anterior, 1973, en el que Chile había estado a punto de caer en una Guerra civil y una dictadura marxista para la que trabajaban activamente sectores socialistas y de la Unidad Popular.
Quien sabe si la providencial evitación del destino de una guerra con Perú en 1975, planificada y organizada completamente por el dictador peruano Velasco Alvarado, y que sólo se frustró por una súbita enfermedad del mismo; otra con Argentina en 1978 para la que estos paises se preparaban activamente, y cuyo encuentro naval inicial se frustró gracias a una providencial tormenta austral, dando tiempo a la concreción de la mediación papal dentro de las 24 horas siguientes; el providencial descubrimiento de las armas enviadas desde Cuba a los grupos terroristas de izquierda por CarrizalBajo para asesinar chilenos, encontradas antes de que pudieran siquiera ser utilizadas; asi como el frustrado atentado contra el propio Pinochet en 1986 y su normal y tranquila entrega del poder en 1990, estuvieron protegidos por la Virgen del Carmen agradecida por el tardío cumplimiento del voto que tardó 156 en cumplirse y por quien lo vino a cerrar finalmente, que fue precisamente el General Pinochet.

Basado en la publicación Periódico Maipú del 5 de abril de 1979, transcrita en el sitio Maipu a su servicio.

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Wednesday, April 01, 2009

 
CUMBRE "REGRESISTA" EN VIÑA DEL MAR:
UNA CUMBRE DE FRACASADOS



En estos días de fines de marzo se ha llevado a efecto, ideada por el partido socialista y su presidenta Bachelet, la pomposamente denominada "Cumbre Progresista" que reunió a diversos presidentes y jefes de gobierno izquierdista de diversos paises del mundo. Entre ellos Joe Biden, vicepresidente de EEUU; Gordon Brown, Primer Ministro inglés; Zapatero, el insufrible Primer Ministro español; Lula, Cristina Kirchner, etc.
Todos ellos, en especial Bachelet, no ocultan su profunda alegría por la irrupción de esta actual y transitoria crisis económica mundial, pues, olvidando los perjuicios que pueda ejercer durante un tiempo sobre la vida de millones de personas en el mundo, les da una oportunidad de dar un paso adelante en su odio atávico contra el sistema triunfante tras la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, derrota histórica que la izquierda mundial no parece asumir todavía.
Por eso le he puesto a este post el título "Cumbre regresista", pues lo que une a esta gente es la nostalgia y la regresión hacia un sistema, el socialismo, que fracasó rotundamente en todo el mundo precisamente hace dos décadas, acontecimiento que la pésima memoria colectiva de los pueblos (producto de la también pésima educación en temas históricos, en especial en Latinoamérica) ha olvidado muy irresponsablemente. Solamente esta ignorancia histórica y esta mala memoria puede sustentar el hecho de que algunos vean a este cadáver ideológico, el socialismo, como una esperanza de bienestar. Esto implica ignorar totalmente que el socialismo fracasó rotundamente en su intento de llevar bienestar y mejor calidad de vida a los pueblos que, casi en su totalidad, en forma involuntaria y por la fuerza militar, debieron soportar su imposición absoluta e incontrarrestable (gracias a una severa represión) amargando la vida y quitando otras 100 millones de ellas durante 70 años del siglo pasado. Por ese motivo es que también me refiero a esta cumbre, de la que Chile tiene el dudoso honor de ser sede, como de los "perdedores". No es que cada uno de los mandatatrios aqui presentes sean "perdedores" como personas individuales, si después de todo consiguieron disfrazar su derrota ideológica y, cuales magos, fueron capaces de crear astutas ilusiones al público suficientes para obtener el poder a través de los votos; es una cumbre de fracasados porque intenta oponer a un sistema absolutamente exitoso en aquéllo que el socialismo fracasó rotundamente (mejorar los niveles de vida de la humanidad), una ideología ya rotundamente fracasada en la historia. Sin importar el éxito personal de cada uno de los invitados a esta Cumbre sectaria, la ideología que insisten en apoyar los trasforma en una cumbre de fracasados.
Las reales intenciones que tuvo nuestra sectaria presidenta, quien ha demostrado no serlo, al igual que Allende, de todos los chilenos, no son sin duda buscar constructivamente las mejores soluciones para enfrentar de buena forma esta crisis transitoria, una más de la economía neoliberal. En el seminario progresista celebrado (a costas del dinero de todos los chilenos) el viernes 27 de marzo, políticos e intelectuales invitados de la izquierda europea y latinoamericana propusiieron "aprovechar la actual crisis económica y financiera para enterrar definitivamente el modelo neoliberal". Un titular del diario local La Estrella de Valparaiso lo grafica muy bien: " Progresistas aprovechan crisis para liquidar al neoliberalismo".
Sería esto equivalente a enterrar vivo a un enfermo de gripe que perfectamente podría recuperarse, no a un cadáver.
De modo que, queda claro que la intención de esta Cumbre financiada con dineros de nuestros impuestos, nunca fue buscar propuestas creativas para los daños de esta crisis puntual, sino que poner en práctica los odios políticos más egoístas y liquidar al enemigo que los derrotó ampliamente hace 20 años, aunque con ello todos salgamos perdiendo. Ellos no tienen nada nuevo ni probadamente efectivo que ofrecerle al mundo, de modo que su lema parece ser como aquél del perro del hortelano " no comer ni dejar comer a otros".
Sin embargo, estos alegres con el mal ajeno no contaban con las opiniones, entre sus invitados, de "cenicientos" europeos que parecieron ignorar el real espíritu de esta Cumbre y llegaron a Chile con la impopular idea de buscar soluciones reales y ser autocríticos con sus propios errores. Es así como el ministro alemán de Medioambiente, Matthias Machnig, expresó: "Creo que tenemos que analizar ciudadosamente las políticas progresistas en Europa, porque en términos generales hemos fracasado". Para mayor molestia de Bachelet y los suyos, se sumó a esta "inoportuna" opinión la del Secretario de Trabajo y Pensiones del Reino Unido, James Purnell, quien señaló: "No tengo tan claro que éste sea un momento ideal para las izquierdas, todo dependerá de las decisiones que tomemos en los próximos meses".
No cabe duda que quienes invitaron a estos personeros a este Seminario se llevarán un buen reto oficial, a la vez que, de realizarse otro despilfarro-cumbre sectaria en el futuro, no serán invitados. La izquierda no necesita análisis serios ni autocríticos que puedan desnudar sus inconsistencias y fracasos; sólo necesita propaganda, propaganda y propaganda. Engañosa o verídica, da lo mismo.
De nosotros, como chilenos, depende evitar nuevas reuniones-cumbres-despilfarros sectarias de dineros de todos los chilenos en el futuro. Es muy simple, pero ignoro por qué cuesta tanto: tener cuidado por quien se vota.


¿tan fácilmente se olvidó esta lección histórica, de tan solo 20 años atrás?

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