Saturday, January 29, 2011

 
UNA BUENA OPORTUNIDAD PARA VERIFICAR LA TEORIA
DE QUE ALLENDE FUE ASESINADO POR AGENTES CUBANOS
EN LA MONEDA, SIGUIENDO INDICACIONES DE FIDEL CASTRO



Dado que los jueces en Chile tienen muy poca carga de trabajo, y que las causas avanzan raudamente para la gente común y corriente, el Poder Judicial chileno estimó conveniente dedicar su tiempo a investigar muertes ocurridas hace 40 años de cuyas circunstancias pocos o nadie dudan, pero que es conveniente para la izquierda reflotar a ver si al menos la sospecha puede salpicar en algo al gobierno actual y su gente, descendientes de los protagonistas de esa época. Todo vale con tal de intentar tergiversar las verdades históricas, ya que nuestros jueces, elegidos y promovidos durante los ultimos 20 años por gobiernos de izquierda, conocían muy bien a quiénes se debía agradar para ascender en la judicatura.
De este modo, no conformes con las indemostrables teorias conspiranoicas acerca de la muerte de Eduardo Frei y José Tohá (miente, miente, que algo queda...), ahora se procede a intentar investigar el suicidio de Salvador Allende en La Moneda en 1973, iniciativa que de acuerdo a la actual encuesta de Terra.cl aparece considerada como una de las noticias más bizarras y fuera de lugar del presente año ante casi el 50% de la opinión pública.
Sin embargo, no podemos negar que esta absurda y extemporánea investigación, que ocupa nada menos que un Ministro en visita exclusivo, puede tener algún saldo positivo, aparte del buscado con ahinco por sus creadores, que no sería otro que involucrar, del modo que sea, a militares chilenos en su supuesto "homicidio". Este aspecto positivo consiste en la oportunidad de sacar a flote la interesante teoria expresada por dos ex agentes secretos cubanos hoy en el exilio, Daniel Alarcón y Juan Vives, y publicada por el francés Alain Ammar en su libro "La Cosa Nostra, los Secretos de Estado de Fidel Castro" (2005), consistente en que Allende fue asesinado en La Moneda por su guardaespaldas cubano Patricio de la Guarda siguiendo órdenes directas de Fidel Castro, quien necesitaba un "mártir" para sus fines y no un presidente que se rindiera y exiliara , tal como, según esta teoría, pensaba hacer Allende. Si pensamos en que se desarrollará una investigación seria e imparcial aceca del tema, esta teoría debiera ser exhaustivamente investigada, y citados a declarar quienes la han presentado ante la opinión pública.
Cuidado izquierdistas , esta investigación podría salirles con el tiro por la culata.

Esta teoría circula abundantemente por la Web, y cito a continuación la versión redactada por el periodista Eduardo Mackenzie, en Paris en 2005:

"Salvador Allende no se suicidó, ni murió bajo las balas de los militares el 11 de septiembre de 1973.

Durante el asalto contra el palacio de la Moneda, el presidente de Chile fue cobardemente asesinado por uno de los agentes cubanos que estaban encargados de su protección. En medio de los bombardeos de la aviación militar, el pánico se había apoderado de los colaboradores del jefe de Estado socialista y éste, en vista de la desesperada situación, había pedido y obtenido breves ceses de fuego y estaba, al final, decidido a cesar toda resistencia. Según un testigo de los hechos, Allende, muerto de miedo, corría por los pasillos del segundo piso del palacio gritando: “¡Hay que rendirse!”.

Antes de que pudiera hacerlo, Patricio de la Guardia, el agente de Fidel Castro encargado directo de la seguridad del mandatario chileno, esperó que éste regresara a su escritorio y le disparó sin más una ráfaga de ametralladora en la cabeza. Enseguida, puso sobre el cuerpo de Allende un fusil para hacer creer que éste había sido ultimado por los atacantes y regresó corriendo al primer piso del edificio en llamas donde lo esperaban los otros cubanos. El grupo abandonó sin mayor tropiezo el palacio de la Moneda y se refugió minutos después en la embajada de Cuba, situada a poca distancia de allí.

Esta versión del fin dramático de Salvador Allende, que contradice las dos anteriores casi oficiales, dadas ya sea por Fidel Castro (la tesis de la heroica muerte en combate), ya sea por la Junta militar chilena (la del suicidio), emana nada menos que de dos antiguos miembros de organismos secretos cubanos, muy bien informados acerca de ese sangriento episodio y hoy exiliados en Europa.

En un libro que acaba de publicar en París las Ediciones Plon, intitulado "Cuba Nostra, les secrets d’Etat de Fidel Castro", Alain Ammar, un periodista especialista en Cuba y América Latina, analiza y confronta las declaraciones que le dieran Juan Vives y Daniel Alarcón Ramírez, dos ex funcionarios de inteligencia cubanos.

Exilado desde 1979, Juan Vives es un ex agente secreto de la dictadura cubana y sobrino de Osvaldo Dorticós Torrado, el presidente cubano de opereta que reinó de 1959 a 1976, y que fue “suicidado” en obscuras circunstancias en 1983. Vives cuenta que en noviembre de 1973, en un bar del hotel Habana Libre, donde algunos miembros de los órganos de seguridad del Estado solían reunirse los sábados para beber cerveza e intercambiar de manera informal chismes e informaciones de todo tipo, escuchó del mismo Patricio de la Guardia, jefe de las tropas especiales cubanas presente en la Moneda en el fatídico 11 de septiembre de 1973, esa escalofriante confesión.

Durante años, Vives no quiso dar a conocer esa información pues, como dice, “era peligroso hacerlo” y porque no había hasta ese momento ningún otro responsable cubano en el exilio que pudiera confirmar el carácter fidedigno de esos hechos. Cuando supo que Daniel Alarcón Ramírez, alias “Benigno”, uno de los tres sobrevivientes de la guerrilla de Ernesto Guevara en Bolivia, se hallaba también exilado en Europa, la idea de dar a conocer esos graves hechos volvió a cobrar fuerza.

En el libro de Alain Ammar, “Benigno” confirma plenamente la narración de Vives. Ambos conocieron a Salvador Allende y a su familia. Ambos vivieron en Chile durante el gobierno de Allende. Ambos escucharon, en momentos diferentes, la confesión de Patricio de la Guardia a su regreso a La Habana.

El libro de Ammar describe con precisión los últimos meses del gobierno de la Unidad Popular y, sobre todo, muestra el avanzado grado de control directo que Fidel Castro había logrado instalar –mediante sus centenas de espías de la DGI (un servicio cubano de inteligencia), mediante sus operadores y agentes de influencia implantados en Santiago–, sobre el presidente Salvador Allende, sobre sus ministros y hasta sobre sus amigos y colaboradores más íntimos. De hecho, la llamada “vía chilena al socialismo” había sido desviada por el castrismo hasta el punto de que dentro del gobierno de Allende hubo voces que criticaban esa brutal ingerencia. Meses antes de su muerte, Salvador Allende había sido ya “instrumentalizado por Castro”, explica Juan Vives.

“Pero Allende no era el hombre que la Habana quería tener en el poder en Santiago. Los que Castro y Piñeiro [brazo derecho de Castro en operaciones de espionaje en Latinoamérica, muerto recientemente en Cuba de un infarto] preparaban para el relevo, a espaldas del mismo presidente Allende, eran Miguel Henríquez, principal dirigente del MIR y Pascal Allende, número dos del MIR, lo mismo que Beatriz Allende, la hija mayor del presidente, quien pertenecía también al MIR”. Beatriz morirá en Cuba en 1974....

Ese control sobre el jefe de Estado chileno se había agudizado notablemente tras el primer intento de golpe militar, el 29 de junio de 1973, más conocido como el tancazo. Cuando la Habana supo que los chilenos que rodeaban al presidente estaban asustados, Fidel Castro hizo saber que Allende no podía en ningún caso rendirse ni pedir asilo en una embajada. “Si el debía morir, debía morir como un héroe.

Cualquier otra actitud, cobarde y poco valiente, tendría repercusiones graves para la lucha en América latina”, recuerda Juan Vives. Por eso Fidel Castro dio la orden a Patricio de la Guardia de “eliminar a Allende si a último momento éste cedía ante el miedo”.

Poco después de los primeros ataques a la Moneda, Allende mismo había dicho a Patricio de la Guardia que había que pedir el asilo político ante la embajada de Suecia. El mandatario había incluso designado a Augusto Olivares, su consejero de prensa, para hacerlo. Probablemente por eso Olivares, alias el perro, fue también ultimado por los cubanos antes de que éstos enfilaran baterías contra el presidente de Chile.

“Reclutado por la DGI cubana, Olivares transmitía hasta los pensamientos más mínimos de Allende a Piñeiro, quien, a su vez, informaba a Fidel”, declara Juan Vives.

Otro guardaespaldas chileno de Allende, un tal Agustín, fue también “fusilado” por los cubanos en esos momentos dramáticos, según la declaración hecha por “Benigno” al autor del libro. Semanas después del golpe de Estado, Patricio de la Guardia había revelado, en efecto, a “Benigno” el fin de Agustín, hermano de un amigo suyo que vive aún en Cuba, y le había dado otro detalle importante sobre lo ocurrido durante esa trágica mañana en el palacio de la Moneda: antes de ametrallarlo, el agente cubano había atrapado con fuerza a Salvador Allende, quien quería salir del palacio, y lo había sentado en el sillón presidencial gritándole: “¡Un presidente muere en su sitio!”.

La versión del asesinato a quemarropa de Allende no era del todo desconocida. El 12 de septiembre de 1973 varias agencias, entre ellas la AFP, resumieron en cuatro líneas ese hecho. Publicado al día siguiente por Le Monde el cable decía: “Según fuentes de la derecha chilena, el presidente Allende fue matado por su guardia personal en momentos en que pedía cinco minutos de cese al fuego para rendirse a los militares quienes estaban a punto de entrar al palacio de la Moneda”. Ammar indica que esa hipótesis “fue enterrada inmediatamente” pues ella no le convenía a nadie: “ni a los colaboradores de Allende, ni a la izquierda chilena, ni a sus amigos en el extranjero, ni a los militares ni, sobre todo, a Fidel Castro…”.

La confirmación que esa, hasta hace poco, “hipótesis” acaba de recibir de parte de Juan Vives y Daniel Alarcón Ramírez podría ser reforzada en el futuro por los testimonios de otros funcionarios cubanos silenciados hasta ahora y por documentos que se encuentran fuera de Cuba. En efecto, en un banco de Panamá reposaría la pieza maestra de este magnicidio.

Según los autores del libro, Patricio de la Guardia, condenado a treinta años de cárcel durante el proceso-farsa contra el general de división Arnaldo Ochoa Sánchez, y hoy en residencia vigilada, habría depositado en el cofre de un banco panameño un documento comprometedor en el que describe, entre otras cosas, el asesinato de Allende por orden de Castro, texto que debería ser revelado en caso de muerte de Patricio de la Guardia. Fidel Castro, según los autores del libro, habría tomado muy en serio esa amenaza y habría hecho que éste escapara al fusilamiento, a diferencia de Tony, hermano de Patricio, quien junto con el general Ochoa y dos otros funcionarios del ministerio del Interior, fué pasado por las armas el 13 de julio de 1989.

La revelación de lo ocurrido a Salvador Allende no es interesante únicamente para los historiadores de la calamitosa aventura de la Unidad Popular en Chile. Lo es igualmente, y de qué manera, para los nuevos amigos latinoamericanos de Fidel Castro, especialmente para el presidente Hugo Chávez de Venezuela. Hugo Chávez y los otros, por más jefes de Estado confiables que puedan ser para La Habana, como lo pudo haber sido en su momento, al menos en los papeles, el presidente Allende, podrían estar siendo ahora objeto de idénticos entramados siniestros de control y de dominación física y política directa por parte de los mismos servicios que obraron tan bestialmente contra el presidente de Chile. El libro de Alain Ammar aborda, en sus 425 páginas, muchos otros temas y episodios relacionados con las complicadas y no siempre exitosas operaciones secretas de La Habana en Cuba y en varios países. "




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Wednesday, January 19, 2011

 
LA IMPUNIDAD EN CHILE:
TRAS 23 AÑOS, NUNCA HUBO CULPABLES POR EL
SANGRIENTO ATENTADO EXPLOSIVO DE 1988
EN EL CENTRO MEDICO DE CAPREDENA DE VALPARAISO



El día 20 de enero de 1988, en medio del calor estival de Valparaíso, un grupo de 30 pacientes, en su mayoría pensionados de la Armada y sus familares, se hallaban esperando su atención médica rutinaria en el subterráneo del Centro Médico que Capredena (sistema de atención previsional de la Armada ) disponía para ello en su edificio Avenida Brasil 1418. A las 15:41 horas la vida de muchas de estas personas cambiaría bruscamente: en el interior de un bolso de mano colocado despreocupadamente bajo una hilera de asientos plásticos donde esperaban los pacientes, explotó una bomba de entre 2 - 3 kg de amongelatina activada por un mecanismo de relojería. Tras la confusión inicial, sobrevino el dantesco espectáculo, cuya descripción podemos imaginar a partir del relato de un funcionario testigo de los hechos, que los relató asi al Diario El Mercurio de Valparaiso :"se escucharon gritos aterradores, hubo momentos de pánico y muchos corrían ahogados por el polvo en distintas direcciones. Fue tremendo..."

Como resultado de este cruel e inhumano atentado, quedó agonizando, con una amputación traumática de sus piernas Berta Rosa Pardo Muñoz, de 65 años, quien concurría a controlarse una enfermedad renal, y que se sentó exactamente en el lugar adonde el terrorista asesino había dejado colocada la bomba. Murió a los pocos minutos, tras ser trasladada al Hospital Van Buren, junto con 20 heridos, 6 de ellos muy graves y 4 de mediana gravedad. Según relata El Mercurio, entre las lesiones de aquéllos heridos de mayor gravedad figuraban politraumatismos, fractura expuesta de pierna y rodilla, y contusión toráxica. La mayoría de los heridos eran pensionados que esperaban atención médica, pero también hubo una niña de un año y medio, Roxana Varela Muñoz, quien resultó con múltiples heridas por incrustaciones de esquirlas, un doctora y dos auxiliares que trabajaban en el lugar.

Junto a las pérdidas humanas, hubo millonarios daños en equipo e instrumental médico que había sido adquirido sólo un par de años antes.

Un familiar de Berta Pardo declaró a El Mercurio: "Lo único que quiero es que ese... que puso la bomba, lo fusilen. Y ojalá sea en un lugar público, para que así los demás tomen miedo ... ¡Que se haga justicia!"

Han pasado ya 23 años de este cobarde atentado de la extrema izquierda, los "luchadores por la recuperación de la democracia", que lo hacían matando inocentes que esperaban una atención médica, y tras este largo tiempo, vemos que los deseos del familiar de Berta Pardo cayeron al vacío: ya no se fusila a nadie en Chile, gracias al gobierno de Aylwin que luchó por abolir la pena de muerte; nunca se encontró a la mano asesina que colocó esta bomba en un centro médico destinado a matar al que tuviera la mala idea de sentarse en el lugar equivocado, por que sí; no hubo justicia. Tal vez ande circulando por allí, quien sabe si el incógnito asesino recibe alguna pensión estatal porque alguien estimó, quien sabe, que se "violaron sus derechos humanos" en alguna ocasión, los mismos derechos que a él le importaron un rábano a la hora de poner una bomba en un lugar publico; tal vez ni siquiera esté arrepentido, porque, como buen marxista, estas vidas son sólo "vidas desechables", "costos colaterales de la Revolución".

La gente olvida estos crimenes como si nunca hubieran existido, porque sus familiares no han seguido buscando la venganza, ni siquiera la justicia, ni tampoco han vivido paseándose con carteles con las fotos de sus deudos por las calles durante años y años.
De hecho, si uno busca rastrear esta noticia por Internet no se encuentra casi nada. Solo en un recordatorio aparecido en Despiertachile.cl se recuerda la absurda muerte y los heridos de este criminal atentado, a partir de una lacónica descripción contenida en el informe Rettig, uno de cientos crimenes del terrorismo de izquierda que quedaron en la más completa impunidad. Para encontrar los detalles que permitieron hacer este post, hube de recurrir a los amarillentos archivos de El Mercurio de Valparaiso en una biblioteca pública, única fuente detallada disponible.

A 23 años, este crimen sigue estando impune.

En Chile , como afirma la izquierda, sí hay impunidad. La de sus crìmenes.

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Thursday, January 13, 2011

 
EL INCREIBLE ODIO E INTOLERANCIA DE LOS MEDIOS
CONTRA EL IDEARIO CONSERVADOR


"La agresividad contra el conservantismo que manifiestan buena parte de los liberales, muchos progresistas y gran número de secularizadores, parece desproporcionada.

Un observador foráneo se sorprendería de la virulencia y constancia con que en los medios culturales, sociales y de comunicación se ataca al gigante conservador, porque se preguntaría de inmediato: ¿y dónde está esa tremenda bestia como para que tengan que dispararle con armamento tan pesado?

Muy sencillo: los rivales del conservantismo saben que a pesar de que es mínima la presencia mediática que se otorga a las posiciones conservadoras, su peso social es mucho mayor. Los liberales se topan efectivamente con el sentido común, con la virtud en acción y con el peso de las costumbres, mucho más de lo que les gustaría. Y atacan entonces a esas realidades desde la palabra y el gesto, desde la cátedra y el escenario. Combaten al conservantismo porque intuyen que su fuerza vital -la de la naturaleza, la de la auténtica dignidad humana- sigue operativa en millones de chilenos, silvestres, sencillos, normales.

Los que no parecen haberse dado cuenta justamente de eso, de su propia capacidad, de su enorme potencial de sintonía con grandes porciones de la población, son los mismos conservadores.

Dispersos, desanimados algunos, concentrados otros en este o en aquel metro cuadrado que pretenden defender, han carecido los conservadores de la necesaria visión y de la imprescindible voluntad para articularse y salir a proponer una vida mejor para Chile, por encima de esos lamentables mínimos del supuesto progresismo. Mientras a los liberales les parece que el objetivo es correr la línea del horizonte -así lo ha definido Squella, olvidando que eso te lleva a dar vueltas y vueltas sin llegar a meta alguna-, parece que a los conservadores se les ha olvidado que deben proponer el ascenso a las altas cumbres.

Esa situación de desidia no da para más. Llegó el momento de articular un polo conservador de auténtica fuerza visible y vital en Chile.

¿Puede hacerlo un partido político? Podría, pero ninguno de los dos capacitados quiere dar ese paso. Uno, porque está siendo carcomido por el progresismo y les teme a las reacciones del Gobierno si reafirma sus posturas morales y culturales; y el otro, porque desde sus comienzos aceptó diversidades que hoy se procura administrar razonablemente desde su presidencia.

¿Puede intentarlo un centro de estudios o una ONG? Alguno podría liderar, pero tendría que arriesgarse a un ostracismo de duración indefinida, a perder fondos y prestigio, porque la igualdad y la tolerancia no se aplican a los conservadores.

¿Está algún medio de comunicación decidido a tomar la defensa de la posición conservadora? Ni hablar. Puedes ser progresista y dártelas de pluralista, pero jamás podrás ser aceptado si eres un medio declaradamente conservador.

¿Existen grupos de intelectuales que estén dispuestos a poner pecho y neuronas para explicar, por ejemplo, que matrimonio es simplemente "oficio de la madre" y que por lo tanto... Sí, los hay, pero carecen de organización y de contactos, aunque enseñen en mil sitios. Simplemente, no son intelectuales públicos.

¿De dónde entonces puede salir la energía vitalizadora del conservantismo chileno? Sólo de ese fondo intangible de profesionales, empleados, dueñas de casa, estudiantes, pobladores y trabajadores del campo, que clamen ante esos políticos, profesores, artistas y comunicadores, que les digan que ya está bueno, que tienen que articularse seriamente.

Este 2011, a veinte años del asesinato de Jaime Guzmán, quizás habrá quienes quieran darle ese tributo a un gran conservador."


Tomado de la columna de Gonzalo Rojas en Emol.com

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Saturday, January 08, 2011

 

GUIDO GIRARDI CARECE DE TODA
IDONEIDAD
MORAL PARA SER ELEGIDO PRESIDENTE
DEL SENADO DE CHILE





En las últimas semanas ha surgido una luz de alarma en amplios sectores políticos en Chile al conocerse la insistencia de parte de la actual oposición socialista de colocar al senador Guido Girardi en el delicado cargo de Presidente del Senado por el período que se inicia a contar de marzo de 2011. Y es que han surgido voces de todos los sectores, y en particular de la propia oposición, que expresan una sensata inquietud por la idoneidad ética y moral de este senador para ocupar un cargo tan importante y representativo , cuyo desempeño podría llegar a afectar negativamente la imagen pais de Chile.
Son numerosos los actos de descriterio y mala fe que han marcado el desempeño político de Guido Girardi. Actos vergonzosos, limitrofes con el incumplimiento de la ley y a veces llegando, incluso, a traspasar dicho límite. Una clara preocupación acerca de su idoneidad y de los antecedentes que la explican aparece resumido en un excelente editorial de La Tercera del viernes 7 de enero.
Hace menos de un mes asistimos a una especie de montaje de parte de este médico entusiasta declarado de los supuestos "derechos" a proceder a la matanza de seres humanos en gestación (aborto), algo que contradice en su esencia el milenario Juramento de Hipócrates que algún día él debió haber formulado solemnemente al graduarse de médico. El 20 de diciembre pasado, el senador presentó en una conferencia de prensa a Claudia Pizarro, una mujer portadora de un embarazo avanzado con un feto anencefalico y sin esperanzas de sobrevida una vez nacido. Todo esto en el marco de la neo campaña pro aborto terapeutico (un verdadero caballo de Troya para terminar introduciendo definitivamente el aborto "a todo evento" , aspiración indiscutible de muchos socialistas, hermoso caballo de Troya pintado con barnices relucientes que le dan un aspecto emocional y racionalmente aceptable a un interior moralmente podrido).
El problema de Girardi surge al agregar durante la conferencia de prensa que la mujer tenia además un "cáncer cervicouterino" el que, debido a su condición de gestante, era imposible tratar hasta que se produjera la interrupción del embarazo. En base a ello, y acompañada (si es que no, alentada) por Girardi, la mujer interpuso un recurso de protección ante la justicia.
Sin embargo, el 30 de diciembre el médico tratante de Pizarro en el Hospital San José sostuvo que los análisis a los que ella fue sometida no revelaron la presencia de cáncer, sino que de una lesión "precancerosa", lo que implica que podría derivar o no, con el paso del tiempo, hacia un cáncer establecido. Al conocer este dato, el ministro de Salud , Jaime Mañalich, denunció que Girardi había hecho un montaje al engañar a la opinión pública acerca de la verdadera naturaleza de la urgencia para proponer el aborto terapéutico a la mujer, lo cual es aún más imperdonable en un profesional médico, que debiera conocer a fondo estos temas. En su defensa, Girardi sostuvo inicialmente que él se había limitado a reproducir el diagnóstico de cpancer entregado por la paciente, sin verificarlo, algo imperdonable en su doble calidad de medico y parlamentario.
Todo esto motivó ácidas críticas contra Girardi tanto de parte de miembros de su propia colectividad politico-mafiosa (la Concertación), en especial de la DC, donde su presidente, Ignacio Walker y el también Senador Hosain Sabag criticaron acidamente la actuación de Girardi.
Ignacio Walker expresó: "Girardi le debe una explicación al país y a la Concertación. Lo he conversado con otros senadores y existe mucho malestar. Vamos a ver cómo se expresa este malestar el día de mañana , pero primero queremos escuchar qué es lo que tiene que decir el senador Girardi, porque estos hechos son muy graves".

Por su parte, Sabag declaró: "Este no es un antecedente que pueda darnos garantía de ponderación que un presidente de una corporación tan importante como el Senado debe tener. Hay que analizarlo y conversarlo. Esta no es una cosa aislada de la vida y del actuar de Girardi".

El 5 de enero, tres parlamentarios de Renovación Nacional, Nicolás Monckeberg, Karla Rubilar y Pedro Browne, presentaron ante el Tribunal de Etica del Colegio Médico una denuncia en contra de la actitud de Girardi, por haber "aconsejado a la paciente de manera tendenciosa y haberla instado a adelantar un tratamiento contra una enfermedad que no padecía, sólo para justificar la necesidad de legislar a favor del aborto terapéutico". Rubilar expresó en la ocasión el meollo de la gravedad de la idoneidad de la actuación del senador, que pone en entredicho sus condiciones eticas para desempeñarse en un cargo tan vital y representativo para el pais: "Un senador en su calidad de médico no puede utilizar a los pacientes para lograr un fin político y en ese sentido esperamos que el Colegio Médico se pronuncie”. Este pronunciamiento se espera para marzo de 2011.

Como bien dijo el Senador Sabag , no es primera vez que Guido Girardi incurre en situaciones éticamente cuestionables o da muestras de grave descriterio.
En 2003, durante el desarrollo inicial del más repugnante montaje de nuestra historia política, el caso Cura Jolo-Gema Bueno, donde se intentó involucrar al Senador de la UDI Jovino Novoa en un caso de abuso de menores que fue un invento creado expresamente por el nefasto ex sacerdote utilizando y preparando deliberadamente para el efecto a una menor de edad a su cargo, Girardi participó activamente regalandole un par de zapatillas a un joven de escasos recursos para que declarara en contra del senador Novoa, involucrándolo en el demostradamente falso montaje politico.
Más adelente, Girardi fue sancionado por usar el servicio de correspondencia de la Cámara de Diputados para enviar cartas que promovian su candidatura para le presidencia del PPD.
Inolvidable resulta su amenaza e intento de conseguir una severa sanción de parte de su institución para una pareja de carabineros del tránsito que le cursó una infracción al circular a 136 km/hora en la ruta 68 en diciembre del 2008, para lo que contó con la complicidad de la subsecretaria de Carabineros de Bachelet, Javiera Blanco, y lo que terminó "salvando" el trabajo de los Carabineros fue la justificada reacción de indignación de la opinión pública; y conste que ésta no era la primera vez que este senador enfrentaba con prepotencia e intentando usar su influencia para castigar a un carabinero que le intentaba cursar una infracción merecida, pues ya en 1996, en la Ruta 5 Norte, había reaccionado de igual manera.
"Yo quiero que sancione al carabinero", dijo Girardi al sargento Cabrera, según testigos del hecho. El parte jamás fue cursado."
Y en el ámbito de lo cuasi anecdotico, qué decir acerca de su irresponsable declaración (abril de 2009) de que la Gripe AH1N1 en Chile "fácilmente podría dejar 100 mil muertes", un dato sin sustento médico alguno y que sembró de inquietud a una opinión pública sensibilizada y facilmente expuesta al pánico.

Guido Girardi sufrió un grave accidente automovilisto el 10 de enero de 1997, en un camino rural entre Rapel y Navidad, que lo dejó en coma y al borde de la muerte. Sin embargo, y pese a los numerosos relatos existentes de cambios positivos en lo espiritual que afectan a personas que han estado en situaciones de experiencias cercanas a la muerte (near-death experiences), en el caso de Girardi parece que ocurrió todo lo contrario.
Es por esto, que seria altamente inconveniente para Chile y su prestigio que un senador con todos estos antecedentes llegue a ocupar un cargo tan vital para la imagen del pais. Incluso en su mismo sector hay politicos que podrían ocuparlo sin poner en riesgo el prestigio de nuestra política, por lo que urge reflexionar este nombramiento, y es de esperar que la ambición desenfrenada por el poder no nuble el criterio de nuestros representantes. Cabe esperar, asimismo, una acción decidida de parte de la Alianza de derecha para evitar este desproposito, por el bien de Chile.

¡ No a Girardi en la Presidencia del Senado!

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