cuidado por quien votas

EL PARO NUESTRO DE CADA DIA...

Una nueva semana de paros de servicios fiscales, un paro más de los que fácilmente se pierde ya la cuenta. Prácticamente cada mes se produce alguna interrupción laboral en los Consultorios de salud pública, campeones de este tipo de paros, junto a otros paladines de los paros, como el Colegio de Profesores, y sin que aun se pase el aroma del daño a personas inocentes (usuarios que han debido sufrir graves problemas, con un alto costo personal, emocional o económico) de recientes paros de otros de estos mismos servicios públicos, como el del Registro Civil o el del Servicio Médico Legal.
Y, como siempre, detrás de estos paros asoma inconfundible y encabezándolos, algún dirigente afiliado o simpatizante comunista haciendo lo único que éstos saben hacer, cuando no optan por actos vandálicos: paros y huelgas.


El Dr. Maturana , "niño símbolo" de cada paro
fiscal de los últimos 15 años.

Incluso, llega a ser digno de reconocimiento y, sin exajerar, postulante a un record Guiness, el caso del Dr. Esteban Maturana, un médico a quien hemos crecido viendo organizar entusiastamente, con una encomiable perseverancia, paro tras paro en los Consultorios durante no menos de ¡15 años seguidos! en su calidad de presidente de la Confusam . Un médico que ha sacrificado su desarrollo profesional, el mismo que lleva a los médicos que se dedican a intentar ofrecer salud a la gente (la mayoría de ellos ) a buscar especializarse y perfeccionar su trabajo profesional enfocándolo en un área especifica, para estar él siempre ahi, vegetando en los consultorios por años y años , al pie del cañón, diseñando paros y huelgas.

Cabe preguntarse, eso sí ¿ tienen razón esta vez los empleados públicos en sus exigencias?

Todos los años, en esta fecha, se entabla la discusión respecto al reajuste anual del sector público, y roba cámaras otro sempiterno dirigente, Raúl de la Puente, dirigiendo descalificaciones contra el gobierno de turno y exigiendo reajustes que, de durante muchos años, eran desproporcionados frente a inflaciones que se mantuvieron razonablemente bajas . Sin embargo, ahora en 2008, la situación es distinta. El gobierno concertacionista ha hecho oidos sordos a las advertencias de una elevadísima inflación para este año (que, paso a paso, ha llegado ya al 9%), inédita en años anteriores, desestimando el ministro Velasco, con su soberbia habitual, la implantación de medidas efectivas a su alcance para combatirla: la reducción de impuestos, como el de los combustibles o el IVA.
Esto, claramente enmarcado dentro de la filosofía socialista, para la que cualquier beneficio para la Clase Media (burguesía, en términos antiguos) es un pecado, aunque de paso esta renuencia lleve a perjudicar a los "más pobres". No importa este daño "colateral", el odio es más fuerte, de acuerdo a la escuela de Honecker, de la cual algunos altos dirigentes de la Concertación gobernante fueron aventajados alumnos en los años 70.
Entonces, ahora sí, a diferencia de años anteriores, los empleados públicos (al igual que toda la Clase Media) si se han visto empobrecidos por el alza desmesurada de la inflación, y esta vez, las demandas de un reajuste significativo sí parecen plenamente justificadas.

El problema es que los paros, por ser tan repetidos, multipropósitos y rutinarios, han ido perdiendo eficacia y legitimidad social . No siempre han respondido al sentido común, pero si lo han hecho siempre a las directrices de acción del Partido Comunista.Es como el cuento de Pedrito y el Lobo, y ahora que si tienen razón , ahora que viene el Lobo, su efecto se ha desgastado.
Por ejemplo, ¿qué es esa estupidez de grito que se escuchó el primer día del paro: "Avanzar, avanzar, hacia el paro nacional"? Aclaremos, funcionarios públicos, ¿qué es lo que les interesa realmente? ¿una remuneración justa, o un paro nacional? ¿el paro es un fin o un medio?

Por otra parte,frente a estos paros tradicionalmente la actitud del gobierno ha sido una y otra vez de una torpeza proverbial, apoyada en la convicción de que no importa que la gente sufra consecuencias graves por la interrupción de los servicios públicos, ya que por extrañas razones la gente no asocia estas culpas con el Gobierno. Igual, ante la urna del voto, que es lo que a este gobierno le importa, muchos de los que protestan a viva voz o incluso agreden a los funcionarios en paro, con o sin razón, terminan dándole su voto a la Concertación, dependiendo de la bella sonrisa del o de la candidata (o) o de alguna promesa, apoyada en el estimulo de algún motivo de resentimiento social o envidia, que después no se cumple.
La dinámica es la siguiente: el gobierno parte siempre (desde las manifestaciones pinguinas en adelante) ignorando despectivamente las movilizaciones. Esta situación enfurece y radicaliza más los paros, cuyas consecuencias paga la gente ante la indiferencia del gobierno, que actúa reactivamente, sin considerar la justicia de las peticiones, cuando la tienen, ni mostrar la fuerza y firmeza de actitud necesaria para imponerse sobre estos sectores, cuando no la tienen.
Ya cuando literalmente "queda la cagada" en términos económicos, de caos administrativo y perjuicio sobre los usuarios, termina apuradamente aceptando lo que los movilizados piden.
Si va a terminar aceptando sus términos, sin tener la capacidad de imponer sanciones o castigos cuando los paros son injustificados , o sin identificar públicamente a los agitadores profesionales (comunistas, en su mayoría) que deambulan tras estos paros, ¿para qué demorarse tanto y perjudicar a miles de "inocentes" que pierden oportunidades de trabajo al no poder reunir documentos oficiales,
a quienes pierden caros pasajes aéreos al no poder renovar pasaportes,
a quienes no pueden cobrar cheques por no poder renovar un carnet perdido,
a quienes no pueden enterrar a su deudo al no poder presentar un certificado de defunción,
a quienes pierden una hora de cirugía que no se repetirá hasta meses después, lo que puede significar la diferencia entre la vida o la muerte,
a quienes no pueden llevar a sus niños enfermos al Consultorio y tampoco pueden sacar bonos FONASA porque esta repartición fiscal también está en paro,
A quienes no tienen donde dejar a sus hijos para ir a trabajar porque su Jardín de la JUNJI está cerrado por paro,
A aquéllos comerciantes que no pueden vender al no poder timbrar sus talonarios de boletas?

En resumen, más allá de lo justificado que esta vez puedan ser las aspiraciones de reajustes de los empleados públicos, dada la alta inflación y alzas de precios que han sido directa responsabilidad de la pasividad del gobierno para combatirla reduciendo impuestos, la gente común, el usuario, la mayoria de los chilenos, se ve gravemente perjudicado al estar entre medio de un conflicto entre un gobierno ineficiente y un grupo de empleados fiscales que entregan su representación a agitadores profesionales que los utilizan una y otra vez.
Ambos tienen culpas, pero las consecuencias las pagan los inocentes: la gente común.
Para otra vez, se debe tener más cuidado por quien se vota. A todo nivel. Desde las elecciones presidenciales hasta las sindicales. Los trabajadores debieran tener la precaución de elegir como sus representantes a dirigentes cuya principal meta sea usar el paro como un medio de conseguir sus aspirtaciones, y no como un fin en si mismo desnudado por la absurda frase "Avanzar, avanzar, hacia el paro nacional".
¿no les suena mejor "Avanzar, avanzar, hacia la solución de nuestros problemas gremiales"?

Labels: agitadores, huelgas, Paros escolares