Tuesday, February 17, 2009

 
SEGUNDA CARTA ABIERTA DEL ESCRITOR
ROBERTO AMPUERO A BACHELET


"En la carta pública que le dirigí a Ud. por este medio antes que iniciara su periplo a La Habana, le advertí que cuando un demócrata abraza a un tirano, el demócrata siempre termina con el poncho manchado. Es lamentable para la imagen de nuestro país que Ud., máximo representante de la nación, en Cuba haya terminado efectivamente con su traje manchado y sufrido una afrenta de parte de Fidel Castro que pasará a encabezar la sección "bochornos presidenciales" del libro de Guinness.

El papelazo que el oficialmente "máximo líder de la revolución" la hizo pasar con el tema de la salida al mar para Bolivia me embarga de profunda frustración, pero no me sorprende. Se lo digo porque yo conocí el sistema y la forma en que Fidel Castro maneja la isla. Viví allá y conocí el socialismo real desde la perspectiva de la nomenklatura y como joven sin techo ni libreta de racionamiento. Su visita me sugiere a mí que Ud. nunca entendió lo que era el socialismo real, menos el cubano. De haberlo hecho, Ud. debió haber sabido dos cosas esenciales antes de aterrizar en la isla. Una, que el régimen cubano odia a Chile por su historia y porque es modelo esperanzador que proyecta en el mundo por su recuperación de la democracia y logros económicos. Otra, que Fidel Castro sólo respeta a quien no se pliega a sus dictados, a quien osa oponerse a él; que el resto no cuenta para él, pues son sólo o sus compañeros de ruta o bien despreciables subordinados. Es la lógica propia de todo dictador.

Por esto sentí vergüenza ajena cuando este jueves la vi salir trotando, emocionada, olvidando el homenaje a Salvador Allende y a la colonia chilena allí reunida, porque Fidel Castro -que en estos meses no debe tener mucha agenda, que digamos- la había mandado a buscar para que se apersonara en una de sus residencias. Nunca imaginé que iba a ver a un Mandatario chileno corriendo enfervorizado y agitado por ver a un dictador. Le confieso que hubiese esperado, por respeto al cargo que usted ejerce, una actitud de estadista, más decorosa, quizás pausada y acorde con su investidura. No era además que Ud. estuviese atrasada, porque el encuentro estaba pactado para el día siguiente. Y fue así como Ud. dejó la ceremonia como si se hubiese producido una tragedia en Chile o hubiesen detectado una bomba en el sitio, sin explicar siquiera a los compatriotas por qué salía con tanta premura. También sorprende que Ud. se haya subido a la caravana del Presidente anfitrión, zafándose de su propia seguridad, y haya permanecido por hora y media, ingenuamente e inundada de admiración, en un lugar secreto con el hombre que después le clavó el puñal por la espalda con la declaración sobre Bolivia.

Usted debiera saber, Presidenta, que cada uno de sus gestos, así como su trotecito y semblante emocionado por la perspectiva de ver al líder quedaron registrados para los funcionarios cubanos y fueron útiles a la hora de calibrar su estado de ánimo. Como Fidel Castro ya tenía conocimiento de su obsesivo interés por verlo a la hora que él dispusiera y se enteró después de su ansiedad gracias a su, a mi juicio, poca presidencial retirada del homenaje a Allende, se la echó en el bolsillo de la forma en que todos vimos con azoro. Ud. olvidó que él lleva 50 años en el poder, y para eso hay que ser además astuto. Lo inquietante es que las reflexiones de ayer de Castro demuestran que a Ud. ya la ve como un cadáver político. La sacrifica sin asco y revela al mundo la sensible conversación que Uds. habían sostenido, y que Ud. había callado ante los chilenos. Él no cree en la Concertación, Presidenta; su alternativa para Cuba y el mundo es otra. Ahora Ud. lo sabe. De pasadita, seguramente tras impartirle una cátedra de 90 minutos sobre la industria vitivinícola y el cobre chilenos, se sentó en nuestra historia, ridiculizó a nuestros héroes y sembró la cizaña en Chile nuevamente. ¿Le sorprende? A mí no. Yo viví en ese sistema, lo conozco y lo temo.

Ahora me queda claro, gracias a las reflexiones del comandante, que Ud. ni mencionó el tema de los derechos humanos en la isla, pero sí tuvo Ud. que escuchar su perorata antichilena y pro boliviana. Permítame señalarle el otro asunto que sé por mi experiencia en la isla: para los Castro, Chile es un país insoportable porque transitó de una dictadura a una democracia con estabilidad y prosperidad, y es hoy el gran símbolo -no Cuba- de la esperanza de libertad y prosperidad de millones en el mundo del Sur. En 1973, Chile y Cuba tenían exportaciones similares, Cuba estaba en el auge de la exportación de guerrillas y Chile enfrentó una crisis que lo condujo a una dictadura. Hoy las diferencias son evidentes. Cuba hoy ya no es ejemplo ni símbolo de nada positivo. Chile sí lo es. Y eso es una espina diaria para los Castro. Ellos, que sí necesitan inversiones de Chile, no le perdonan a la izquierda, Ud. incluida, que haya co-administrado por casi 20 años un modelo neoliberal que nació de Augusto Pinochet, el peor enemigo de Castro en el continente, odio por cierto mutuo entre dos dictadores de signo diferente. Que Fidel Castro no sólo le diera una mano en La Habana, sino también esa sorpresa, era imaginable. Entre lo que representa Ud., una izquierda de corte neoliberal en los hechos, aunque de corte revolucionario en la retórica, y el Evo Morales de una Bolivia indígena y pobre, subvencionada por Hugo Chávez, para Castro no hay dónde perderse.

Y el jueves por la noche, Presidenta, cuando Ud. aún ignoraba la sorpresa que Fidel Castro le preparaba, se dejó fotografiar en la Feria del Libro habanera con un Raúl Castro que sostiene mi novela, "Nuestros años verde olivo", en sus manos. Esto fue posible porque un stand chileno se atrevió a llevar copias de ese libro censurado en Cuba. En otra "jugadita" castrista, la Presidenta chilena contribuye a crear la imagen de que mi novela -así como las de centenares de autores cubanos y de la cultura mundial hoy censuradas en esa isla- puede circular libremente en Cuba. Usted, que conoció Alemania Oriental y otros países comunistas, sabe bien que allí no circulan libros críticos al régimen.

Pero lo que son las cosas, Presidenta: ahora también Ud. enfrenta una situación difícil con la sorpresa que le deparó Fidel Castro y, al igual que yo, saboreará lo que es una dictadura. Nada de lo que Ud. diga con respecto a la forma en que le mancharon el traje, ni siquiera su rostro decepcionado ni el debate que estalló en Chile, aparecerán en medio cubano alguno. Pero tal vez un día, cuando haya democracia en Cuba, yo podré ir a la Feria del Libro de La Habana a presentar esa novela hoy censurada en la isla y revelar cómo Fidel Castro violó el acuerdo de que la conversación con Ud. sería privada, y la zambulló de lleno en el peor bochorno presidencial de estos últimos veinte años.

Es increíble, señora Presidenta, que Fidel Castro le haya enrostrado a Ud. una supuesta injusticia ocurrida hace 130 años, y Ud. no fuese capaz de enrostrarle una injusticia que ocurre ante sus ojos."

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Comments:
ES muy decidora y clara la critica que Roberto Ampuero expresa en esta segunda carta abierta.
Es importante tambièn que no permitamos que los árboles nos impidan ver el bosque: toda la visita de Bachelet a Cuba se está transformando, en los medios, a las desacertadas e impertienentes opiniones de Fidel Castro sobre el tema maritimo de Bolivia, olvidando otros muchos desaciertos de esta visita, como el doble standard mostrado por Bachelet para considerar temas como los derechos humanos y las "democracias" cuando se refiere a Cuba, asi como su catitud con la disidencia cubana, que , ingenuamente, confiaba en ella como aliada en su justa lucha.
Nuevamente resultan muy certeras también las segundas opiniones de Piñera acerca de lo inadecuado que resulta dejar la politica exterior de un pais a los caprichos de un presidente tan poco estadista como èsta. Ese es el único error de la Constitución de 1980 que habría que someter a una reforma constituciona; creo que el General Pinochet,cuando sentó los principios de esta Constitución, nunca imaginó que, después de lo vivido por la gente durante la Unidad Popular, esta sería capaz de elegir para la presidencia un continuador ideológico de esas políticas tan nocivas para nuestro pais y cualquier otro, segun nos revela la historia:Piñera indicó que "la política internacional tiene que ser una política de Estado. A veces el actual gobierno se olvida de esto y se da gustitos personales; busca caminos propios que al final son muy perjudiciales para Chile, como en mi opinión, fue el viaje a Cuba, que al final fueron puros problemas".
 
Cristián:
También la leí.
El dice verdades a medias. Primero es una avance que diga que Chile exportaba guerrilleros, pero no dice que querían imponer un régimen totalitario, que desencadenó el pronunciamiento militar.

Lo que segundo, es que él le atribuye la prósperidad como mérito de la Concertación y no las reformas liberales de RM.

Él sigue siendo de la Concertación y que cree en la moral superior de la izquierda en DD.HH.
 
Cristian :


-La admiración de Bachelet por Castro es comparable a la de una quinceañera por un rockstar:Soberano ridículo el que hizo esta señora,para que después su "ídolo" saliera con unas declaraciones que fueron como una puñalada a la espalda.

Saludos.
 
PLOP!!!..Roberto Ampuero manifiesta en su carta una verdad, aunque sea a medias pero es una verdad y que desgraciadamente con este viajecito que se pegó la mujercita esta dejó muy mal parado al país.
Hasta críticas fuera del país se han oído.
 
Un gran avance que alguien que creía en el socialismo extremo como el de la rda o cuba haya cambiado de parecer. Lo increible es que esto aparezca como la gran novedad, cuando cualquier persona debería manejar la información que cuyo modelo fracasó y fracasará, pero como son cosas que no son enseñadas claramente en las escuelas, debido a la tendencia de los profesores chilenos que desean que la historia hubiese sido diferente.
En cuanto a Pinochet y la comparación con Castro, al decir que son dos dictadores, es la típica técnica del empate que siempre busca la concertación. El gobierno militar estuvo un periodo pero siempre con el objetivo de crear una libertad con solidas bases, nunca la dicatadura fue el fin, sino que era el medio para que Chile fuera prospero y libre, sin marxsimo que amenazara estos valores, en cambio en la izquierda la dictadura es el fin. Está en sus bases ideologicas, establecerse eternamente en el poder.
 
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