cuidado por quien votas

(Nota: este post fue publicado hace un año, el 28 de marzo de 2007, pero como nada ha cambiado para mejor desde esa época, lamentablemente mantiene hoy dia una absoluta vigencia)

Hay un negro capítulo de la historia reciente de Chile que se ha tratado de esconder o minimizar en su gravedad a través de los años, un tema del cual curiosamente no se habla ni se recuerda. Me refiero a las nefastas "Jornadas de protesta" contra el gobierno de Pinochet, que asolaban periódica y programadamente cada mes nuestra nación entre 1983 y 1987. El pretexto era "recuperar la democracia" y sirvieron de oportunidad para provocar daños a personas y propiedades, lesionar y matar carabineros, inducir temor en las poblaciones, causar desmanes y violencia innecesaria a lo largo del pais.Algunos ilustres parlamentarios de los últimos años, como Manuel Bustos, ya fallecido, o Rodolfo Seguel, o Arturo Martínez, llamaban a estas protestas, y las evaluaban como un éxito pese a la seguidilla de actos de violencia, sabotajes explosivos, cortes de luz, ataques a carabineros o civiles inocentes, de las que eran seguidas. Muchas víctimas ocasionales de la violencia descontrolada, anónimas y desechables para los organizadores, se acumularon durante esas jornadas de protestas, como por citar un par de ejemplos que conocí personalmente, la asesora del hogar embarazada de nombre Rosa Riveros , que resultó con quemaduras severas al arrojársele una Molotov al interior de la micro donde viajaba de vuelta a su hogar en noviembre de 1986 (durante uno de esos días de protesta), y cuya lenta agonía relaté en un post anterior; o el de una niña de 15 años que murió de un ataque de asma en su casa en Valparaíso en 1984, ante la impotencia de su familia, cuando no consiguió que ningun vehículo la llevara de su cerro al hospital por miedo a los apedreos y las Molotov.Los miembros de la Concertación opositora a Pinochet (con otros nombres, pero la misma gente que hoy nos gobierna) deben haber visto como todo un éxito los balances destructivos de estas jornadas de protestas que ellos respaldaban, en su afán de recuperar como fuera el poder que hoy detentan desde hace 17 años.Porque, no me vengan con el cuento de que "ellos recuperaron la democracia", de que eran "luchadores para recuperar la democracia".Seamos claros y fieles con la historia: Pinochet interrumpió la democracia en 1973, la misma cuya degeneración permitió que se llegara al caos y enfrentamiento irreconciliable de ese año; la readecuó mediante una nueva Constitución para que Chile no volviera a pasar nuevamente por una situación similar, y ese mismo 1980 le puso fecha y plazo a la realización de elecciones y al retorno a la democracia: 1988. Pinochet interrumpió y luego devolvió la democracia a Chile, con plazos preestablecidos 8 años antes. Así lo prometió y así lo cumplió.De modo que ¿quién recuperó qué? ¿de qué sirvieron aquéllas nefastas jornadas de odio, violencia y muerte? ¿a quiénes les fueron útiles? ¿cambió algo con las protestas organizadas por la Izquierda y la DC? Tal vez, su único "mérito" fue crear una sensación de miedo en mucha gente (=terrorismo), que convenció a muchos de votar en contra del Gobierno Militar en 1988 para que cesaran estas manifestaciones, a ver si con eso ya no se producían más desmanes programados, del mismo modo que en España después del 11 de marzo del 2004, los hispanos votaron por quienes los terroristas de Al Qaeda más deseaban que votaran, por miedo a nuevos atentados.Pero hoy, a 20 años de esas olvidadas protestas, los cuervos violentistas y la justificación que los entonces opositores a Pinochet entregaban a sus desmanes, se vuelven en contra de ellos, actualmente en el poder. Ahora les sacan los ojos a quiénes los criaron y alimentaron (justificándolos) antes.Que más prueba que la verdadera sicosis que se ha llegado a instalar con el absurdo Día del Joven "Delincuente", que a partir de un hecho puntual ha llegado a transformarse en la conmemoración de las acciones de algunos de esos vándalos que mataron y destruyeron en los lejanos años 80 con el apelativo de "héroes de la recuperación de la democracia". Para conmemorar y celebrar a quiénes mataron impunemente a Rosa Riveros y su bebé in utero, o a la niña asmática de Valparaíso, y que nunca recibieron castigo, ni consuelo los familiares de ambas víctimas, entre cientos más de anónimas y desconocidas víctimas que están en la misma condición.El Santiago agobiado por el Transantiago se paraliza y tiembla ante una jornada de vandalismo anunciado, sin justificación alguna, ni siquiera condenado con la suficiente energía por parte del gobierno como podemos ver en este post publicado en Rincón de Michelle, enfrentado sin resolución ni firmeza por parte de la autoridad, y que expone a muerte y heridas a Carabineros a quienes, absurdamente, no se les permite defenderse proporcionalmente ni siquiera cuando están siendo atacados con armas de fuego o cuando se les intenta quemar con secuelas de por vida, y se les exije, por el contrario, mantener el orden público a costa de su vida y en desproporcionada inferioridad de condiciones.La gente normal suspende esa noche muchas salidas y paseos nocturnos porque, tácitamente, el pais ese día cae dueño de los vándalos y terroristas herederos de aquéllos que salían a la calle en los años 80 (y que no saben hacer otra cosa) y a quienes las actuales autoridades tanto respaldaban y aplaudían en esos años. Se permite que el mundo sepa quién realmente hace su voluntad en este pais.