Thursday, August 21, 2008

 

A 40 AÑOS DEL FIN DE LA PRIMAVERA DE PRAGA:
AQUI, TAMBIEN, OTRO MUNDO FUE POSIBLE,
A FUERZA DE TANQUES




Hace 40 años, la noche del 20 al 21 de agosto de 1968, las tropas de la entonces URSS y cuatro de sus aliados del Pacto de Varsovia aplastaban la "Primavera de Praga" en un baño de sangre y ante la indiferencia casi total de Occidente, ocupado con sus propias revueltas.
La invasión, que quería eliminar el germen del "socialismo de rostro humano" del número uno del Partido Comunista checoslovaco, Alexander Dubcek, aplicaba la doctrina soviética de la "soberanía limitada" que Moscú otorgaba a sus satélites de Europa del Este.

Querella entre facciones comunistas para unos, brecha en el bloque soviético que vaticinaba su derrumbe de 1989 para otros, la "Primavera de Praga" veía cómo el PC checoslovaco, en el poder desde 1948, impulsaba reformas, tímidas pero inéditas en ese país.

"La aurora de una revolución democrática estaba en el aire. Pero la lógica de la Guerra Fría impidió que esa revuelta fuera exitosa", resume 40 años después el historiador Vilem Precan.

"Si la ocupación no hubiera tenido lugar, Checoslovaquia se habría transformado en una democracia parlamentaria al cabo de algunos años", estima el ex disidente Petr Uhl.

Aplastada en agosto, la "Primavera de Praga" había comenzado en realidad en enero de 1968, tras la elección al frente del Partido Comunista del eslovaco Alexander Dubcek (1921-92) en reemplazo de Antonin Novotny (1904-1975), ’aparachik’ impopular vinculado al periodo estalinista.
La nueva dirección del Partido procedió entonces a una refundación económica prudente. Pero el levantamiento de la censura provocaría rápidamente una liberalización sin precedentes de la prensa y de las actividades culturales.
En ese nuevo contexto aparecieron organizaciones no comunistas como el "K231", formado por ex presos políticos, o el "Club de los Sin Partido Comprometidos" (KAN), un "germen de partido de oposición", según Oldrich Tuma, director del Instituto de Historia Contemporánea de la Academia de Ciencias.

Preocupación

Las señales de alarma se encendieron en el Kremlin, preocupado por conservar el control de un vasallo de estratégica posición entre Alemania occidental y la URSS.

"Si el sistema comunista se abre y renuncia a la represión y al control de la prensa o de los movimientos, como en Checoslovaquia en 1968, el proceso ya no puede ser detenido por sus iniciadores", destaca Tuma.
Dentro del país, el "socialismo de rostro humano" de Dubcek enfrenta la oposición de los "ortodoxos" liderados por Vasil Bilak, otro eslovaco.

El 3 de agosto de 1968, el líder soviético Leónidas Breznev expone ante los dirigentes de los "partidos hermanos" de Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, Polonia y Alemania del Este reunidos en Bratislava (actual capital de Eslovaquia) su doctrina de la soberanía limitada.

Según los historiadores, en esa reunión Bilak deslizó en el bolsillo del número uno
soviético una "carta de invitación" a Moscú para frenar a los reformistas "por todos los medios".

Menos de tres semanas más tarde, unas treinta divisiones soviéticas, apoyadas por unidades búlgaras, húngaras, polacas y de Alemania del Este invadían Checoslovaquia; la ocupación duraría más de 20 años, hasta la "Revolución de Terciopelo" de 1989, versión local del derrumbe del bloque comunista.

Entre el 21 de agosto y fines de diciembre de 1968 murieron 108 personas y unas 500 resultaron gravemente heridas por las tropas ocupantes, según el Instituto Checo de Estudios de Regímenes Totalitarios.
Absorbidos por la guerra de Vietnam y sus propios movimientos contestatarios, Estados Unidos y sus aliados occidentales se limitaron a protestas simbólicas.
Alexander Dubcek, apartado del poder en abril de 1969, fue reducido al silencio. El nuevo hombre de Moscú en Praga, Gustav Husak, lanzaría la "normalización" a golpe de juicios políticos. La nación se resignó, a pesar del sacrificio de Jan Palach, el estudiante que se inmoló con fuego en enero de 1969 con la esperanza de despertar las conciencias.



Como podemos ver, para quienes proclaman sloganes como que "otro Chile, u otro mundo es posible", hay muchos ejemplos recientes que demuestran que otro mundo ya fue posible, en manos del comunismo, y que quienes lo vivieron, sólo desearían nunca haberlo vivido en carne propia.
Fuente: www.emol.com.

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Comments:
Si bien la invasión rusa a Checoslovaquia no es el tema central de la novela, Milan Kundera relató desde dentro esos tiempos y acontecimientos en ese maravilloso libro, "La Insoportable Ligereza de la Existencia", de 1984.

La película también la recomiendo.

¿Imperialismo ruso? - ahora les tocó a los georgianos.
 
Vi la película hace años, Frank.
Aquí ese film ha sido tan poco promocionado por el establishment socialista como La Vida de los Otros o Katyn, candidata al Oscar, que aun no llega a Chile.
Lo curioso es que el socialismo ha decidido sacrificar a uno de los suyos, el genocida Stalin, para atribuirle a él y no a la doctrina comunista los males de la URSS. Algunos incluso insinúan que Solzhenitsyn, por ejemplo, criticó el "stalinismo" en lugar de hablar directamente de sus criticas como sistema al comunismo, sin ambages.
Bueno, lo de Checoslovaquia 1968 no fue "stalinismo", Stalin ya estaba muerto hacía 15 años, fue comunismo puro liderado, esta vez, por Brezhnev.
 
Referente al ejemplo chileno me da la impresión que a la gente les gusta tropezar con la misma piedra... por eso estamos como estamos.
 
Sí, a los seres humanos nos gustan los mitos. Los inventamos a diario y lo hemos hecho desde tiempo de las cavernas.

El mito es una historia con moraleja que cumple la misión de dejarnos bien parados, mientras destruye la imagen del contrario.

Yo, que soy un demitificador nato, recibo palos de aquí, de allí, de arriba y de abajo.
Ya que la gente se aferra a sus mitos, los ama y los cuida como su propia vida.
 
No olvidemos a Georgia. Otro país olvidado por el oeste y los medios.
 
Hay que recordarle a la izquierda que su mundo es una pesadilla.
 
Y vaya, qué pesadilla, Javier!!!!!!
 
Sobre ese hecho en partícular siempre se repite la frase cliché del stalinismo,
 
Bueno este es un ejemplo de la tolerancia de izquierda
 
Hay mas de un "evento" del tipo "primavera de Praga", recordemos a no tanto tiempo los muertos en Peking (plaza de la paz celestial), el occidente no se mueve primero por no valorizar lo que tenemos "libertad" y por interés o falta del mismo! como se dice "sentimos falta apenas cuando perdimos", y para variar nos falta memoria! Cuanto a Georgia... en los días de hoy... me parece el caso de Serbia-Kosovo con algo de Irak, pero al revés, onde no son los EEUU que invaden y ni la UE que apoya la emansipación, pero si Rusia! es una dualidad apoyar o callar en el caso de Kosovo se separar de Serbia y en el caso de Georgia prometer la integridad territorial! los EEUU hasta admitieron que fué Georgia la primera a atacar...
Rusia no es la URSS y hay que apoyar a que se vuelva democrática!
en mi idea ella será un buen aliado si a China se le ocurre mostrar los dientes!
 
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