cuidado por quien votas

Siempre, en la historia, han existido personajes de este tipo. En la Alemania nazi aun se recuerda a Leni Riefenstahl, talentosa cineasta y fotografa quien puso sus virtudes al servicio incondicional de la propaganda nazi de la época. También en la URSS existieron algunos poetas que escribieron lo que a Stalin le resultara grato de escuchar, como Ilya Ehrenburg, o uno más conocido en estos lares, nuestro laureado Pablo Neruda, quien dedicó elogiosos poemas al mayor genocida de la historia occidental, el propio Stalin.
Para el Chile de la Concertación no podemos pedir tanto talento a su servicio; por lo demás, no se hace necesario. Basta con inventar fraudes y mentiras abominables, pero efectivas, como ocurrió hace 5 años con el despreciable cura Jolo, o bien disponer de la incondicionalidad de un humorista que ridiculice a los enemigos del régimen, y exclusivamente a éstos, a través de sus rutinas. Se le dispone para trasmitir estos mensajes ( presentar su espectáculo) grandes pantallas, de alto rating, tales como el Festival de Viña o la Teletón.
Basta con analizar críticamente las rutinas masivas presentadas por Kramer para darse cuenta cómo viene la mano. En el Festival de Viña, Piñera fue centro de su humor al mostrarlo como un ambicioso, un personaje que, por su calidad de empresario, sólo pretende hacerse del dominio del pais con supuestas oscuras intenciones insinuadas, las mismas que -por un milagro inexplicable, que no requiere mayor profundización de parte de los medios - están ausentes del "discurso" populista de Farkas. Fue una caracterización llena de mensajes subliminales envueltos en forma de humor, invitando a desconfiar de él, exactamente lo que este gobierno quisiera transmitir como slogan para retener el poder, que, sin embargo, fracasó al no lograr hacerlo decaer en las encuestas.
En la Teletón, el sentido de los chistes también fue dispar. Ridiculizando a Longueira (no por su Aliancismo-bacheletismo, de por si ridiculo) sino por la figura de Jaime Guzmán, o a Zalaquett, mostrándolo con un discurso incoherente, todo aparentemente light o "simpático", sin criticas directas ni agresivas, pero lleno de mensajes subliminales casi calcados de las tácticas propagandisticas de la Concertación. Alguna mención simpática, no enfocada en sus chascarros sino que en su tono de voz, al Ministro Vidal.
Pero, si se fijan bien, ninguna mención a varios hechos tragicómicos del gobierno de Bachelet, que serían fácilmente pasto para crear salidas humorísticas, tales como el Transantiago, los casos de corrupción, el puente Loncomilla, el Hospital de Curepto, el detenido desaparecido aparecido vivito y coleando, los paros de los pinguinos, etc etc. En resumen, Kramer no incluye nada en sus rutinas masivas que pueda siquiera molestar o ridiculizar en lo más mínimo al gobierno que le asegura tantas importantes apariciones artisticas.
Eso de "quien a buen arbol se arrima, buena sombra le cobija" puede ser cierto, pero Kramer no debe olvidar que ese árbol al que se aferra está a punto, a pocos meses, de secarse y caerse.