cuidado por quien votas

Como Herodes consideró que Jesús estaba de sobra.

Nadie nos pudo defender:

Todo fue en el silencio del vientre de nuestras madres.

Nos despedazaron, nos ahogaron, nos envenenaron

Con la frialdad de un verdugo.

Por nuestra muerte se pagó dinero,

Precio de sangre como el que recibió Judas.

Botaron a la basura

Los pedazos de nuestros pequeños cuerpos,

O los quemaron en un incinerador,

Para que no quedara rastro de nuestro asesinato.

Ni siquiera tuvimos una sepultura o una lápida.

No llegamos a tener nombre

Ni pudimos recibir el bautismo

Solo somos parte de un número macabro

De varias decenas de millones cada año.

Colaboraron en nuestra muerte poderosos de este mundo,

Algunos que habían jurado respetar la vida,

E incluso nuestros propios padres.

¡Que nuestro grito salve a otros niños!

*

PADRE DE LOS CIELOS;

TU QUISISTE QUE FUERAN HIJOS TUYOS,

NOS ENCOMENDAMOS A TU MISERICORDIA

PARA QUE LOS TENGAS JUNTO A TI.

Y TE ROGAMOS QUE CONCEDAS

ARREPENTIMIENTO Y PERDON

A QUIENES LES QUITARON LA VIDA

Valparaíso, Chile, 28 de Diciembre de 1993

Este mensaje está grabado en una placa de mármol, a un costado de la Catedral de Valparaíso, por calle Pedro Montt. Fue colocado en ese lugar el 28 de diciembre de 1993 por iniciativa del entonces Arzobispo de Valparaiso, Jorge Medina Estevez, quien ocupó dicho cargo entre 1993 y 1996, antes de ser designado en su alto cargo en El Vaticano. Aparte de esta Catedral y la Castrense, ubicada en Avenida Los Leones, Providencia, no conozco otro templo católico que la exponga en su fachada, tal vez intentando no quedar mal con Dios ni con el Diablo, si bien esta última preocupación pareciera ser la prioritaria en nuestra Iglesia Católica chilena. Sobre todo si tomamos en cuenta sus continuos gestos amistosos y comprensivos hacia el socialismo ateo durante los últimos 40 años.