Friday, September 09, 2011

 
LA ULTIMA COLUMNA DE FELIPE CUBILLOS
EN LA SEGUNDA: "SOY UN INDIGNADO"

Publicado en La Segunda 3 dias antes de su tragico fallecimiento,
en la edicion del 30 de agosto de 2011

Pertenezco a ese grupo de chilenos que después del terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010 nos hemos dedicado a ayudar a levantar escuelas, jardines infantiles, botes de pescadores y comercios que fueron destruidos por la fuerza de la naturaleza. Hemos sido miles los que hemos dedicado nuestro mejor esfuerzo, nuestra pasión y nuestro compromiso en ayudar a volver a levantar a Chile. Lo hicimos desde la alegría y desde nuestra libertad.

Muchos lo hicimos donando a Teletón, Desafío Levantemos Chile, al Techo para Chile y a muchas organizaciones de la sociedad civil. Miles de jóvenes se volcaron a ayudar a miles de familias chilenas, y nos conmovimos con el sufrimiento, pero sobre todo nos cautivamos con el compromiso de tantos por reconstruir nuestra sociedad. Sabemos que todavía nos queda mucho por hacer.

Soy un indignado, porque trabajamos sin descanso para que ningún niño chileno perdiera su año escolar en 2010 y, junto a mucha gente, lo logramos. Pero, un año después, vemos que miles de nuestros jóvenes están a punto de perderlo.

Soy un indignado, porque logramos levantar escuelas caídas para que nuestros niños pudieran estudiar, pero, un año después, otros las queman.

Soy un indignado, porque trabajamos sin descanso para levantar los pequeños comercios devastados por el terremoto y tsunami para que los emprendedores se volvieran a levantar; pero, un año después, veo a cientos de comerciantes como ellos que sufren los destrozos de sus locales cada vez que hay una protesta callejera.

Soy un indignado, porque un joven inocente ha perdido su vida tan sólo por haber estado en el lugar y momento equivocados (mientras escribo esta columna nos acabamos de enterar de que la bala que mató al joven Manuel Gutiérrez salió del arma de un carabinero; ojalá tengamos la mesura para condenar un hecho puntual y no a una institución completa, pues si es así escalemos también hasta los organizadores de las protestas).

Soy un indignado, porque vimos cómo nuestros carabineros evitaban los saqueos en los días posteriores al terremoto, y ahora vemos cómo delincuentes, escondidos entre los estudiantes, los atacan sin piedad en cada protesta.

Soy un indignado porque, pese a todos los problemas que tenemos como sociedad, hemos tenido avances notables en las últimas décadas, y hoy nadie se atreve a reconocer su paternidad o maternidad.

Soy un indignado por esos pseudoempresarios que engañan a la gente, sobre todo a los más pobres, renegociándoles sus condiciones sin ni siquiera preguntarles.

Soy un indignado, porque conozco a muchos emprendedores de la educación subvencionada que, precisamente por hacerlo mejor que los colegios estatales (sí, los municipales, también son estatales), hoy día corren el riesgo de tener que cerrar sus colegios.

Soy un indignado, porque muchos de los parlamentarios de nuestro país han renunciado al liderazgo y responsabilidad que les otorgamos en las urnas.

Soy un indignado cuando veo al presidente del Colegio de Profesores defendiendo una supuesta calidad de la educación, cuando el gremio que preside se niega a evaluarse.

Soy un indignado, porque no estamos discutiendo las verdaderas y profundas razones de la pésima y desigual educación que les estamos entregando a nuestros jóvenes, quizás porque llevamos años usando a la educación como caballito de batalla de la política de turno.

Soy un indignado porque, salvo honrosas excepciones, hemos caído en la política de las encuestas y el Twitter, y hemos renunciado a defender las convicciones. ¿Qué tal si los políticos apagaran por unos días sus computadores y se dedicaran a defender sus convicciones?

Hoy día hablo por mí, y sólo por mí, porque además creo que no somos muchos los que en estos tiempos creemos en la libertad; sí, esa libertad para emprender, para equivocarse, para educar, para enseñar y para aprender.

Soy un convencido de que la derrota de la libertad no se debe a la fuerza de sus enemigos, sino que a la debilidad de sus defensores.

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Comments:
Yo hubiese preferido una reflexión tuya a partir de la última columna de Cubillos.

Se nota, además, que la gente emprendedora y educada (no necesariamente emprendedora) se sintió identificada con la columna de Cubillos. Teniendo como comparación a sus representantes en el Gobierno y en el Parlamento que ha claudicado en la defensa de la libertad.

En el desafortunado accidente también murieron los dos directores de las carreras de aventuras del 'Columbia Challenge', uno de los cuales era un ex buzo táctico de la Armada, que se levantaba a las 5:00 a.m. para empezar a trabajar.
 
Tienes razón, Javier, siempre será preferible una reflexión propia, pero te contaré que escasamente tengo ganas de copiar y recolectar documentos valiosos de nuestras ideas para incluír en el blog ante la desalentadora poca p nula participación, es especial de parte de nuestro sector, en mi blog, ya sea como comentarios o citas del mismo. Es tan marcado el desinterés y flojera por apoyar este blog (y otros de nuestro sector) que casi escribo por inercia, y cada vez menos. Lo que no lograron los comunachos con sus ataques y criticas, lo parecen conseguir los nuestros a punta de indiferencia y apatia.
Rescato muy bien las ultimas palabras de la columna de Cubillos:
"Soy un convencido de que la derrota de la libertad no se debe a la fuerza de sus enemigos, sino que a la debilidad de sus defensores."

Esta reflexión se aplica a todos los ámbitos de la realidad nacional.
 
Se nota cierto desgano. Pero, acuérdate que yo no me fijo en la cantidad de visitas.

Lo importante es mantenerse firme.

La última frase de Cubillos espero que quedé para la posteridad. Es como las palabras de Churchill.
 
Cristian. Fui a tus blogs y vi que eran del 2010, luego revisando encontré este que está actualizado. ¿Aquí escribes normalmente?. En cuanto a los Jesuitas, no son mejores ni peores que otra gente que se llena la boca criticando problemas que también son propios. ¿Te imaginas si alguna congregación asociada a la derecha tuviese un problema laboral con sus empleados?. Habría hasta programas especiales al respecto.
 
Bueno, es lo que ocurre con el Opus Dei, más ligado a la doctrina cristiana verdadera que a la derecha, y que es atacado constantemente y se redactan libros basura con tal objeto (como el de Olivia Monckeberg, por ejemplo) para desprestigiarlo, sin necesidad de que haya conflictos laborales o incluso irregularidad alguna para hacerlo.
Máximo, este es precisamente el blog que tengo más actualizado.
 
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