Sunday, June 24, 2012

 
EL HISTORIADOR SERGIO VILLALOBOS
DESNUDA LA PARADOJA Y EL DOBLE STANDARD 
DEL MUSEO DE LA MEMORIA
(MEMORIA A MEDIAS)

Carta publicada en El Mercurio, 22 de junio 2012


Señor Director:
La creación y la mantención de tal museo ha sido una continuidad de disparates. Para empezar, todo museo relacionado con el pasado se vincula con la memoria, de manera que desde el nombre se parte de un error.
No sabemos por qué se le fundó como un organismo de gran autonomía, cuando debió ser parte de la Dibam.
Desde el punto de vista de la historia, la existencia del museo representa el deseo de falsificar el pasado, en cuanto se enfoca en un acontecimiento singular, separado del resto de nuestra historia y, por lo tanto, incomprensible. El pasado tiene que ser comprendido en la totalidad, comenzando por el antecedente de cualquier situación. No podríamos entender la época de la Independencia si sólo la enfocásemos a través de las persecuciones de los realistas durante la Reconquista.
En el mencionado "museo", para poder entenderlo, falta la política y la situación social del país desde varias décadas anteriores y, muy especialmente, la destrucción de la ética pública, los abusos, engaños y desmanes del gobierno de la Unidad Popular. Sólo teniendo en cuenta esos hechos, se puede comprender la reacción general del país y el movimiento militar. No se trata de ocultar los excesos oficiales, sino buscar la explicación de por qué ocurrieron.
Los personajes y los movimientos de la política siempre procuran manejar la historia y recordar nada más que lo que les conviene. Pero la historia es ciencia con métodos rigurosos, que buscan la verdad entera, cualquiera que ella sea.
Es evidente que el "museo" de marras es parte de una propaganda de agrupaciones políticas que, ante el fracaso actual de sus acciones, busca imágenes y conceptos que afirmen la debilidad que les aqueja.
Sugiero una reformulación del contenido y del nombre: Museo de Fracaso, el de la Unidad Popular y el de ahora.

Comments:
Bastante valiente, aunque no es de derecha el historiador. Es un contrapunto a lo que dijo la secretaria de Bienes Nacionales, que tal Museo era importante por las derechos humanos.
 
Javier, tal parece que la valentia para defender la verdad y los ideales , aun los de derecha, es mas abundante entre quienes no son de derecha.
Interesante la carta de Magdalena Krebs, directora del DIBAM, criticando la visión parcial del Museo de la Memoria. Dice en parte de la carta publicada por Emol:"En ese sentido, la opción que tomó el museo en cuestión, de circunscribir su misión sólo a las violaciones a los DD.HH., sin proporcionar al visitante los antecedentes que las generaron, limita su función pedagógica. La no existencia de consensos sobre la historia no exime al museo de su responsabilidad de ofrecer una visión amplia. De hecho, las técnicas museológicas proporcionan alternativas privilegiadas para ello, pues permiten mostrar diversos puntos de vista, relatar hechos históricos y recoger apreciaciones personales y subjetivas como cartas, entrevistas, fotos y videos para permitir que cada visitante saque su conclusión personal y tolere la de otros.
Una visión incompleta de los hechos hace difícil la comprensión del mensaje y lo desvincula de la responsabilidad de cada uno de nosotros para con el sistema democrático.
El Museo de la Memoria es una institución privada, pero fue construido con recursos estatales y cuenta con recursos asignados anualmente por la Ley de Presupuestos. Debiera, por tanto, cumplir con un rol social y contribuir a la armonía de la sociedad".

Es de esperar que Piñera no le vaya a pedir la renuncia por expresar una opinión tan contraria a los intereses de los queridismos opositores izquierdistas del gobierno.
 
Magdalena Krebs antes había defendido ese Museo. Sin embargo, al parecer ha cambiado su opinión al respecto.

Estoy seguro que hay otra carta de ella que es distinta a la publicas.
 
Poco a poco hay gente que esta comenzando a hablar. Creo que algunos ya le tienen miedo a la anarquía y a las mentiras descaradas.
 
Javier, ¿porquè esa tendencia tuya siempre a buscarle la quinta pata al gato y a no reconocer nunca a quien hace algo por nuestras ideas? Si la Krebs se arrepintiò (no me consta) de una posiciòn mas cercana a la izquierda en este tema , bienvenida sea.Mas aun si lo hace publicamente, en el diario, y arriesgando incluso su cargo si es que su opinion llega a disgustar el pensamiento izquierdista de su jefe Piñera.Y si Villalobos, no siendo de derecha, reconoce algo publicamente que apoya nuestra verdad, ¿por què no alegrarse?
 
Cristián.
Me alegra por Villalobos.
La señora se deshizo de sus declaraciones. Gentileza de 'La Nación':

"Debate por Museo de la Memoria: Directora de la Dibam baja perfil a sus dichos

Magdalena Krebs, quien cuestionó la falta de contexto en el Museo de la Memoria, aclaró que las “circunstancias no justifican las violaciones a los Derechos Humanos” y dijo valorar la instancia por transmitir “esa cruda realidad que fue negada durante muchos años”. Desde el Instituto de DD.HH, en tanto, aclararon que las violaciones ocurridas en dictadura “no se pueden explicar ni contextualizar”.

Miércoles 27 de junio de 2012| por Nacion.cl- foto: UPI (Archivo)



"Quiero señalar que concuerdo plenamente con que las circunstancias no justifican las violaciones a los Derechos Humanos". Con estas palabras, enviadas en una carta a La Tercera, la directora de Bibliotecas Archivos y Museos (Dibam), Magdalena Krebs, bajó el perfil a sus iniciales cuestionamientos a la función pedagógica de la instancia por la supuesta falta de contexto histórico.

En la misiva, la funcionaria pública dijo reconocer el valor de las dependencias creadas en el Gobierno de Michelle Bachelet, aclarando que transmiten la "cruda realidad que fue negada durante muchos años".

Además, explicó su primera intervención. "Mi planteamiento sólo apuntaba a que, si como país queremos que hechos como esos no se repitan, debemos estar también abiertos a la reflexión. A diferencia de los memoriales que dan testimonio generalmente en el lugar de los hechos, los museos ofrecen oportunidades para relatos de alta complejidad. Un esfuerzo así siempre es bienvenido", precisó.

Respuesta del Instituto de DD.HH

En tanto, la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Lorena Fries, defendió el museo y enfatizó que los DD.HH no son cuestionables.

"Lamentable que la directora de la DIBAM, que justamente tiene a cargo el Museo de la Memoria, tenga esta mirada. El museo cumple una función pedagógica respecto de lo que fueron los crímenes de lesa humanidad, las violaciones sistemáticas y generalizadas que se cometieron durante la dictadura", declaró en Radio ADN.

Según Fries, lo que pretende la instancia es precisamente dar cuenta de esas situaciones que "no se pueden explicar ni contextualizar. Todo lo que pase alrededor puede ser contextualizable, pero cuando el Estado involucra todo su aparataje en la persecución y exterminio de personas, no hay contexto que pueda explicar nada".

Finalmente, la titular del INDH señaló que con la mirada de Krebs se busca "romper el consenso que se ha forjado durante mucho tiempo en la mayoría de este país".


"Debate por Museo de la Memoria
27/06/2012 - 04:00
Señor director:

A propósito de las informaciones aparecidas en su periódico en relación con el debate surgido a raíz del Museo de la Memoria, quiero señalar que concuerdo plenamente con que las circunstancias no justifican las violaciones a los Derechos Humanos y reconozco como un valor del museo, el que transmita esa cruda realidad que fue negada durante muchos años.

Mi planteamiento sólo apuntaba a que, si como país queremos que hechos como esos no se repitan, debemos estar también abiertos a la reflexión. A diferencia de los memoriales que dan testimonio generalmente en el lugar de los hechos, los museos ofrecen oportunidades para relatos de alta complejidad. Un esfuerzo así siempre es bienvenido.

Magdalena Krebs"

Esta carta apareció en 'La Tercera' y en 'El Mercurio'
 
Es muy saludable el prolongado debate público, a través de los medios, que ha surgido con respecto al Museo llamado "de la Memoria", lo que ha provocado la irritación esperable de parte de la inquisición progresista, que se ve amenazada cada vez que surge una contraposición de inocentes ideas ante sus dogmas absolutos.
Ahora es el siempre claro y preciso Axel Buchheister quien, en su columna de La Tercera del dia domingo, analiza el tema desde un nuevo punto de vista: ¿por qué la izquierda,tan partidaria del ambito estatal, no incluyo su museo propagandistico dentro de la DIBAM estatal, sino que la hizo un museo privado , pero a la vez financiado por dinero de todos lops chilenos? Simple: para no tener que rendir cuentas públicas de sus manejos financieros ni tener que someterse a la rigurosa Ley de Transparencia que obliga a las instituciones fiscales.
Se lee en su columna (y nótese que en último párrafo entrega la llave de la solución al actual Gobierno, si bien no creo que éste tenga ni la voluntad ni el deseo de ponerlo en práctica):

"EL MUSEO de la Memoria y los Derechos Humanos ha estado en medio de un agitado debate, que sorprende cuando pareciera que no queda espacio para cuestionar verdades oficiales y todo el que ose hacerlo corre el riesgo cierto de recibir la inmediata funa de la izquierda. Le pasó a la directora de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), de innegable autoridad y trayectoria en la materia, pues el solo hecho de dar su opinión justificó la presentación de una carta ante el ministro de Educación, exigiendo su salida del cargo, firmada por un centenar de personajes de la academia y la cultura. Las redes sociales lamentaron la premura con que hubo que presentar el requerimiento, pues de lo contrario las firmas habrían sido muchas más. El debate académico en su máxima expresión: borrar del mapa al que opina distinto.



El Museo de la Memoria es un proyecto sesgado, no sólo porque se niega a entregar antecedentes del contexto en que los hechos ocurrieron, algo propio del rigor de un museo, sino porque omite a las víctimas de la violencia política que no sean imputables al régimen militar. Porque las hubo, entre agentes del Estado y simples inocentes que iban pasando, y así lo consigna el Informe Rettig. La izquierda las ha justificado como bajas que acontecieron en la lucha en contra de la dictadura, lo que quiere decir, entonces, que el contexto importa.



El director del museo explica que la misión de éste es exclusivamente dar a conocer las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado durante la dictadura. Cierto que toda iniciativa privada -como formalmente es este caso- tiene derecho a fijarse su ámbito y exponer su propia visión, sin que esté obligada a considerar otras. Pero entonces que se financie con fondos privados, porque ésta se financia con fondos públicos. Y cuando están involucrados los dineros de todos, hay que someterse a ciertos estándares: postular el proyecto y competir con otros, presentar la realidad equilibradamente y rendir cuentas. Es cosa de revisar la página web del museo y advertir que no cumple con los requisitos básicos de transparencia que hoy se demandan a cualquiera que administre platas públicas; por ejemplo, en la memoria anual no figura su balance, ni detalle de sus gastos o cualquier otra explicación numérica del destino de los fondos fiscales que recibe.
 
"Si el tema de los derechos humanos es tan importante -como lo es- ¿por qué no se hizo un museo público dependiente de la Dibam -como hay otros-, sino que una corporación privada? Los partidarios del Estado para todo, de pronto encontraron que la solución privada era mejor. Es que así no rinden cuentas y no están sujetos las incómodas reglas de la administración pública. Y pueden presentar su verdad privada como oficial, sin que los que pagamos impuestos y los financiamos podamos exigir que se matice algo, como por ejemplo que fuera un museo de la violencia política, que muestre la tragedia completa y nos quede claro quiénes fueron todos los culpables de ella.



En realidad no es tan difícil hacer un avance: será privada, pero todos los años hay que aprobar el aporte en la ley de presupuestos. Y el gobierno tiene iniciativa exclusiva en materia de gasto público."
 
Continua esa saludable polemica respecto al ideologico Museo de la Memoria, polemica que debiera haber comenzado desde su mismo inicio y haber condicionado su realizacion a una mayorpluralidad. Ahora es el destacado y reconocido (no en su patria, por cierto), Victor Farias, un aji en el poto para la izquierda por sus verdades incontrarrestables pero incomodas referentes a su sector politico, quien expresò en una carta a El Mercurio:

"Son incontables las razones por las que es necesario suscribir las razones del profesor Villalobos y la señora Krebs acerca del así llamado Museo de la Memoria. Las razones museológicas son obvias porque en el caso no se trata de un museo, sino más bien de algo así como un mausoleo.

Un museo debe enseñar y explicar a quienes lo visitan. No es un lugar en que se rinde un homenaje a víctimas, por justas que eventualmente lo fueran. Un museo no puede nunca ser dirigido, sino más bien debe ser racionalmente explicatorio de una totalidad histórica o cultural. Con él se deben ganar mentes críticas y no parroquianos. Es una institución cultural y por ello la antítesis de lo panfletario. Por lo demás, todo el mundo sabe acerca de la "selectividad" de la memoria humana y sus caprichos.

Eso supone que el museo debe entregar un complejo de factores históricos de modo que resulten una totalidad comprensible. Nunca puede amputar. Puede que por falta de fuentes no muestre todo, pero nunca puede discriminar las fuentes existentes. En el caso dado ¿cómo se puede pretender ilustrar una fase histórica -por limitada o sesgada que sea- sin incluir parte significativa de hechos decisivos que la investigación histórica fundada ya ha revelado desde hace buen tiempo?

Quisiera recordar una declaración que el secretario general del Partido Comunista Luis Corvalán hizo al periodista Eduardo Labarca en su libro "Corvalán 24 horas" (Santiago, 1972). Al preguntarle éste cómo caracterizaría ideológicamente al gobierno de Allende y la Unidad Popular, Corvalán respondió sin ambages: "Es la dictadura legal de la clase trabajadora chilena".

Esta frase, que responde a la interrogante hamletiana de hace poco sobre "dictadura" o "gobierno militar", debería ser gravada en el frontis de un museo de la memoria que sea un homenaje a ella y no a la amnesia institucionalizada."
 
Tengo mi visión particular. He seguido el debate y creo que encontré el talón de Áquiles de la Izquierda.
 
Afortunadamente,y en una opiniòn sobre la que yo tenìa algunas dudas acerca de si la escucharìa alguna vez, el gobierno y el ministro (varias veces timorato) Beyer respaldaron a la directora del Dibam, Magdalena Krebs.
El tema sigue despertando saludables reacciones tras años de inmovilismo en lo que respecta a opiniones: en lLa Tercera del 13 de julio se publica una carta precisa y concisa, de Fernando Moreno Valencia , Director del Instituto de Filosofìa de la U. Gabriela Mistral:
"El Museo de la Memoria es màs bien un museo de la mentira y, aùn màs, de la mentira con engaño - en la expresión de San Agustín - o, al menos, de la mentira por grave omisión".
 
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