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EXPLICACIONES INSATISFACTORIAS

El tema del cura Jolo, una mancha negra de nuestra moral social que no debió haber caído tan rápidamente en el olvido, ha resurgido tras conocerse que este sacerdote pidió el pasado 22 de marzo la dispensa papal para contraer matrimonio con una antigua colaboradora de su parroquia y del centro de atención social para niños abusados y en riesgo Nuestra Señora de Guadalupe, que él presidía.
No sin sorpresa, descubrí que este cura, que ha quedado ante la opinión pública como un mentiroso e inventor de una infame calumnia sobre Jovino Novoa, de acuerdo a la confesión de Gema Bueno en agosto de 2004, seguía ejerciendo libremente su labor sacerdotal hasta el momento en que él, voluntariamente, decidió suspenderla con motivo de su próximo matrimonio. Es decir, hasta que él lo decidió , continuaba oficiando misa, administrando sacramentos, escuchando confesiones. Ingenuamente, yo pensaba que desde hacía tiempo habría sido separado de estas funciones por parte de la jerarquía católica chilena, como forma de evitar un desprestigio de la misma a raíz de las graves acusaciones por las que aun está siendo juzgado. Pero no era así.
El sentido común obliga a plantearse algunas preguntas:
1. ¿por qué este sacerdote seguía ejerciendo su labor ministerial si, en el mejor de los casos, pesa sobre él una investigación acerca de la sospecha de una maquinación para crear una calumnia pública gravísima, de trascedencia además político-electoral, y de haber inducido a una menor en riesgo social, como detalló la propia Gema Bueno en su confesión, a mentir e inventar una historia que involucrara a senadores de la República? Todo esto, aprovechándose de su condición de sacerdote y de su ascendiente sicológico y religioso protector sobre esta joven.

2. ¿qué explicaciones puede dar el Cardenal de esta permisividad, así como de no haber separado al cura Jolo de su ministerio por el hecho de mantener éste una relación afectiva que, sin duda, no puede haberse iniciado el día en el que pidió esta dispensa papal, sino que debiera tener una antigüedad mayor? ¿Ignoraba acaso esta situación? Hasta ahora, no ha dicho que ésta fuese la situación.

3. ¿Por qué no se le aplicó ningun castigo eclesiástico por involucrarse en este sórdido episodio, o al menos, separarlo de la atención de menores en riesgo, en vistas del influjo tan negativo que habría ejercido sobre uno de ellos para inventar esta calumnia? Pues, el Cardenal habría decidido mantener aun después de la dispensa, a Jolo a cargo de este Hogar, según relató satisfecho el propio cura.

4. ¿Ha habido, o se le ha exijido por parte de la Iglesia, algún acto o manifestación pública de arrepentimiento a este sacerdote, tras conocerse la falsedad de sus afirmaciones públicas en las que involucró al Senador Novoa en actos de pedofilia? Nunca he escuchado un perdón o una señal de arrepentimiento genuina, tanto más valiosa e importante si estamos hablando de un sacerdote católico.

El senador Pablo Longueira, católico, se mostró decepcionado al respecto, al señalar que "la Iglesia había actuado en forma tardía" y que "conocía las conductas privadas del cura y no tomó cartas en el asunto". El Cardenal Errázuriz respondió el 21 de abril con frases un poco tibias y conciliadoras, siendo lo más cercana a una autocrítica el decir "si bien actuamos de inmediato, muchas veces me he preguntado si no pudimos reaccionar con máyor eficacia. No es poco lo que he aprendido". ¿Qué significará concretamente actuar con mayor eficacia, en este caso?
Algunos parlamentarios de la UDI, principal partido afectado por esta calumnia, tales como Evelyn Matthei, Hernán Larraín y Andrés Chadwick, señalaron el 22 que estaban conformes con la declaración del Cardenal. Sin embargo, su tono conciliador y comprensivo no fue igual al referirse a las declaraciones de Pablo Longueira, al señalar que sus declaraciones "se basan en suposiciones falsas y son difamantes".
Hoy día, se conoció que el abogado UDI Cristián Espejo, decepcionado por la falta de señales concretas para sancionar al cura Jolo por parte de las autoridades eclesiásticas, decidió dirigirse directamente a S.S. Benedicto XVI mediante una carta entregada en la Nunciatura Apostólica, pidiéndole como católico que inicie un juicio eclesiástico en contra del sacerdote José Luis Artiagoitía.
Esto, con el fin de que el Sumo Pontífice expulse a Artiagoitía en vista de las actuaciones del sacerdote -que enfrenta cargos como coautor y autor del falso testimonio de Gema Bueno en el caso Spiniak- que "lesionan la imagen de la Iglesia Católica".
Somos muchos los católicos, defensores de nuestra fe, que estamos disconformes con la actitud de la jerarquía católica en este caso. Y si desean ustedes ver que el tono con que la Conferencia Episcopal responde a los católicos que hacen ver su molestia, muy diferente a aquél tono meloso y conciliador con el que acostumbran tratar a socialistas y ateos, los invito a leer una carta enviada por un grupo de católicos viñamarinos que reclaman por las opiniones en las que el Cardenal Errázuriz comentó al Papa que la presidenta Bachelet estaba en contra del aborto, en circunstancias de que inmediatamente de iniciado su gobierno aprobó el uso masivo de la píldora del día después.

Como católico, me duele todo lo que afecta negativamente a nuestra Iglesia. Así como he sacado la voz para denunciar campañas mediáticas que pretenden destruír sus raices, como el Evangelio de judas o el Código da Vinci, también hay que hacerse una autocrítica al interior de la misma, ya que, como entidad conformada por hombres, está sujeta a errores. El aporte del Espíritu Santo es justamente ese: iluminar el camino.Y, con respecto a la actitud de un obispo frente a las conductas de sus sacerdotes, permitánme sugerir una lectura de 1° Samuel 3:13-14, respecto a Elí y sus hijos. Pese a todo, no perdamos la fe, recordemos esta cita :

"Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Mal no prevalecerán contra ella" (Mateo 16,18).