cuidado por quien votas

TRANSANTIAGO: EJEMPLO DE
LO QUE SIGNIFICA CALIDAD DE VIDA
PARA EL SOCIALISMO



¿Se puede considerar esto dignidad humana en el transporte?

Durante sus 3 semanas de funcionamiento, hemos conocido día a día la cara del Transantiago que el gobierno insiste en ignorar, y que consiste en personas caminando muchas cuadras para llegar a algún paradero, una vez llegado a él esperar horas para que una micro que no circule llena, más bien abarrotada, se detenga en dicho paradero, un regreso tarde y oscuro a la casa aprovechado por delincuentes en sitios eriazos (díganme si este "gremio" de los antisociales no se puede considerar uno de los grandes beneficiados por estos gobiernos concertacionistas, en varios aspectos), horas de vida familiar o descanso perdidas en largas esperas en la calle, trabajos perdidos por atrasos reiterados involuntarios, mayores gastos al estar algunos obligados a tomar buses piratas o taxis, y hasta la noticia de un parto ocurrido casi en la calle al no poder encontrar movilización hacia un hospital, etc, etc.
Pero hay otra cara: la de los "afortunados" que sí alcanzan a tomar un bus o el Metro, pero que están obligados a viajar en un hacinamiento y aglomeración al que no estaban habituados y que es muy desagradable. Sabemos que, por ejemplo, en toda la escala animal, el hacinamiento en espacios cerrados provoca mayor agresividad; favorece la transmisión de enfermedades contagiosas, favorece los robos y estimula a los acosadores sexuales.



El gobierno creó la ridícula campaña llamada "comparte tu metro cuadrado", invitando graciosamente a la gente al hacinamiento obligado con todas sus desventajas, invitando a compartir a 7 personas un metro cuadrado de espacio en la movilización colectiva. Campaña que, en la realidad, sería mejor llamar "comparte tu centímetro cuadrado, si es que te queda alguno". El Metro, antiguo motivo de orgullo para los chilenos por su limpieza, rapidez y eficiencia, bruscamente ha dejado de ser una cara amable para transformarse en un mal menor e inevitable dentro del caos de planificación del Transantiago.

El lema parece ser: ya que había gente que usaba el Metro pagando un poco más para obtener mayor calidad, y ya que no podemos diseñar algo mejor, al menos echémosle a perder la vida a los que lo hacían y nivelemos para abajo. Obliguémoslos a viajar en condiciones incómodas. Bueno, el nivelar para abajo es una característica de la política socialista en general.
¿Y cuál es la reacción del gobierno ? Proclamar frases bonitas, como Bachelet cuando declaró con firmeza : "Hay que dar la cara", después de no haber visto su cara en las primeras 2 semanas de (mal) funcionamiento del Transantiago, porque estaba mutis en su lugar de veraneo.
O bien, echarle toda la culpa de la mala planificación vial a los Microbuseros, amenazándolos con las penas del infierno por supuestos incumplimientos, tratando de desviar la innegable responsabilidad en la mala planificación del proyecto hacia la empresa privada, cabeza de turco siempre muy conveniente para el socialismo; invitando a la gente a recurrir al SERNAC, como si esta institución sirviera para reclamar contra las medidas equivocadas o la "publicidad engañosa" de un mal gobierno. Es una burla a la gente, un menosprecio a sus intelectos, derivado talvez de haber observado con cuanta ingenuidad votan por ellos pese a sus reiterados errores y corrupciones diversas.

Las largas colas del Transantiago ¿traerán al socialismo nostálgicos recuerdos de aquélla era
"dorada" en la que detentaron el poder con Allende, y en la que los demás chilenos debían madrugar
para hacer colas para obtener alimentos? Al menos, ahora las colas son solo para tomar bus.
.

Afortunadamente, la UDI realizó lo que a este gobierno no se le ocurrió o no se atrevió a hacer: creó una página web con un formulario para exponer los problemas específicos de las personas con el Transantiago, el sitio www.victimasdeltransantiago.cl, y un número 800 377 900 con el mismo fin, destinados a diagnosticar los problemas precisos del Transantiago de la forma más lógica, preguntándole a los afectados, y a partir de este diagnóstico, generar soluciones. Diágnostico que el Gobierno parece no querer hacer, talvez porque podría significar reconocer errores. Y eso podría traducirse en mejoras del servicio, pero, lo que es más importante, pérdida de votos. Y eso sí que no están dispuestos a permitirlo.
Para la izquierda, ofrecer comodidad es un lujo reservado sólo a los miembros de la aristocracia gobernante. No es un ítem a considerar en la entrega de servicios al "pueblo". Como ocurre también en los Tribunales de Familia, las colas no resueltas en los Consultorios, los colegios con alumnos delincuentes juveniles que deben ser soportados por profesores y compañeros, independientemente del daño que hagan o del peligro que representen ¿saben cuál fue el primer síntoma de ésto, del que tomé conciencia hace algunos años atrás ? La creación, por iniciativa de la esposa del ex Presidente Frei, del Museo Interactivo MIM, en La Granja. Un lugar con una interesante muestra de fenómenos físicos, que sería un sitio optimo para que los niños aprendieran practicando, si no fuera porque está destinado a las aglomeraciones, a las visitas masivas, en las que con suerte cada alumno puede alcanzar a practicar algunas de las experiencias mostradas, aparte de hallarse enclavado en un sector peligroso de Santiago.
Nadie puede criticar la idea de haber pensado en hacer un cambio en el sistema de transporte santiaguino. Nadie pide volver atrás, nadie pide ignorar las múltiples fallas de lo que había antes. Sólo se trataba de crear algo mejor, bien planificado, bien estudiado, no sólo con proyecciones a largo plazo, sino eficaces a partir de aquí y ahora. Pero pedirle algo así a la Concertación es pedir demasiado.
Diganme, ¿qué cosa han planificado bien?
¿el Puente Chacao? ¿la pavimentación de la Alameda? ¿la Reforma Judicial? ¿el Plan AUGE? ¿Los Tribunales de Familia? ¿Las cárceles concesionadas?
Basta ya de ingenuidad, de esperar que, ahora sí, esta vez sí que sí, el olmo nos dará peras.
Esto del Transantiago no es casualidad, es una tendencia muy definida.
Nada más certero para graficar las sensaciones y sentimientos de la gente que viaja en el Transantiago, que estas palabras del reportaje para La Tercera de Fernando Villegas al hacer uso de este medio:

Labels: hacinamiento, Transantiago, UDI