Wednesday, September 02, 2009
UNA ESTRATEGIA PARA CRECER
Columna de opinión del economista Raphael Bergoing en La Tercera , que ilustra muy bien la importancia del crecimiento econiomico para nuestro pais, hecho que es negado, una y otra vez, por la Concertación, principal razón que subyace tras sus reiterados fracasos económicos de los últimos años.
Primero, por qué. Porque en materia de crecimiento, hace rato que lo hacemos mal. Mientras entre 1986 y 1997 crecimos en promedio 7,6% por año, desde 1998 esta tasa apenas alcanza a 3,3%. Y la decadencia es sostenida: Aylwin creció 7,7%, Frei 5,5%, Lagos 4,3% y Bachelet 2,8%.
La explicación oficial ha sido tan infantil como equivocada: negación, complacencia y culpa ajena. Primero se nos dijo que no caeríamos en recesión; hoy sabemos, según la encuesta del Banco Central, que creceremos -1,5% en 2009. Luego se nos dijo que nos iría mejor que al resto, pero ese crecimiento de -1,5% nos ubicará en el lugar 117 entre 180 economías. Ahora se nos dice que saldremos de la crisis más rápido que el resto. ¿La tercera es la vencida?
Lamentablemente, la historia reciente sugiere que no. Ya en 2004, Alejando Foxley, como presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, le exigió al Banco Central que explicara por qué Chile había tardado tanto en recuperarse de la crisis asiática (ver IPOM septiembre 2004). Y las cifras laborales para el Gran Santiago entregadas ayer por la Universidad de Chile muestran que la historia se está repitiendo: el desempleo llegó a 11,9% y los puestos de trabajo siguen cayendo.
Segundo, para qué. Para erradicar la pobreza. Porque la evidencia empírica es categórica: sólo creciendo superaremos la pobreza. Pero el desafío es incluso mayor, puesto que junto con ampliar y profundizar la red de protección ya existente, debemos construir una economía con oportunidades para que los que tienen menos no sólo satisfagan sus necesidades básicas, sino que también tengan la posibilidad de gozar de una buena vida. Sólo el empleo y mayores salarios que acompañan al crecimiento lo permitirán.
Tercero, cómo. Haciéndose cargo de las innumerables e individualmente insignificantes reformas que impiden que Chile haga las cosas bien y que, en su conjunto, explican la distancia que nos separa del desarrollo. Muchas de estas reformas son impopulares, pues exigen eliminar los privilegios de grupos que, al distorsionar nuestra microeconomía, reducen la eficiencia agregada. La eliminación de estas distorsiones requiere liderazgo. Estas reformas también exigen audacia, algo improbable en el contexto de una coalición desgastada.
Debemos facilitar el empleo desde el hogar, fortalecer el pre y posnatal y permitir las bolsas anuales de horas trabajadas; promover la flexibilidad pactada, a través de la negociación colectiva; potenciar el seguro de cesantía, acotando las indemnizaciones, pero a todo evento; incentivar los contratos de aprendizaje y la capacitación con un bono individual que permita escoger dónde capacitarse; ampliar el subsidio al empleo a los sectores vulnerables; aumentar el tope de tributación sobre la base de las utilidades retiradas para ventas de hasta 25.000 UF, y permitir la depreciación acelerada; desarrollar un nuevo estatuto para las pymes y mejorar su acceso al financiamiento; reactivar las concesiones de obras públicas, extendiéndolas a la educación y salud; asumir en serio la reforma educacional y la modernización del Estado; promover el emprendimiento, la innovación y la competencia en los mercados; entre muchas medidas más.
La tarea es ambiciosa, pero posible. La última vez que Chile asumió un desafío como éste fue durante el gobierno de Patricio Aylwin, cuando aprovechamos el conocimiento y la mística de un grupo de economistas que, durante largo tiempo, se preparó para contribuir al desarrollo de nuestro país. Dos décadas después el grupo equivalente está en el bando contrario.
Fuente: La Tercera.com
Columna de opinión del economista Raphael Bergoing en La Tercera , que ilustra muy bien la importancia del crecimiento econiomico para nuestro pais, hecho que es negado, una y otra vez, por la Concertación, principal razón que subyace tras sus reiterados fracasos económicos de los últimos años.
Primero, por qué. Porque en materia de crecimiento, hace rato que lo hacemos mal. Mientras entre 1986 y 1997 crecimos en promedio 7,6% por año, desde 1998 esta tasa apenas alcanza a 3,3%. Y la decadencia es sostenida: Aylwin creció 7,7%, Frei 5,5%, Lagos 4,3% y Bachelet 2,8%.
La explicación oficial ha sido tan infantil como equivocada: negación, complacencia y culpa ajena. Primero se nos dijo que no caeríamos en recesión; hoy sabemos, según la encuesta del Banco Central, que creceremos -1,5% en 2009. Luego se nos dijo que nos iría mejor que al resto, pero ese crecimiento de -1,5% nos ubicará en el lugar 117 entre 180 economías. Ahora se nos dice que saldremos de la crisis más rápido que el resto. ¿La tercera es la vencida?
Lamentablemente, la historia reciente sugiere que no. Ya en 2004, Alejando Foxley, como presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, le exigió al Banco Central que explicara por qué Chile había tardado tanto en recuperarse de la crisis asiática (ver IPOM septiembre 2004). Y las cifras laborales para el Gran Santiago entregadas ayer por la Universidad de Chile muestran que la historia se está repitiendo: el desempleo llegó a 11,9% y los puestos de trabajo siguen cayendo.
Segundo, para qué. Para erradicar la pobreza. Porque la evidencia empírica es categórica: sólo creciendo superaremos la pobreza. Pero el desafío es incluso mayor, puesto que junto con ampliar y profundizar la red de protección ya existente, debemos construir una economía con oportunidades para que los que tienen menos no sólo satisfagan sus necesidades básicas, sino que también tengan la posibilidad de gozar de una buena vida. Sólo el empleo y mayores salarios que acompañan al crecimiento lo permitirán.
Tercero, cómo. Haciéndose cargo de las innumerables e individualmente insignificantes reformas que impiden que Chile haga las cosas bien y que, en su conjunto, explican la distancia que nos separa del desarrollo. Muchas de estas reformas son impopulares, pues exigen eliminar los privilegios de grupos que, al distorsionar nuestra microeconomía, reducen la eficiencia agregada. La eliminación de estas distorsiones requiere liderazgo. Estas reformas también exigen audacia, algo improbable en el contexto de una coalición desgastada.
Debemos facilitar el empleo desde el hogar, fortalecer el pre y posnatal y permitir las bolsas anuales de horas trabajadas; promover la flexibilidad pactada, a través de la negociación colectiva; potenciar el seguro de cesantía, acotando las indemnizaciones, pero a todo evento; incentivar los contratos de aprendizaje y la capacitación con un bono individual que permita escoger dónde capacitarse; ampliar el subsidio al empleo a los sectores vulnerables; aumentar el tope de tributación sobre la base de las utilidades retiradas para ventas de hasta 25.000 UF, y permitir la depreciación acelerada; desarrollar un nuevo estatuto para las pymes y mejorar su acceso al financiamiento; reactivar las concesiones de obras públicas, extendiéndolas a la educación y salud; asumir en serio la reforma educacional y la modernización del Estado; promover el emprendimiento, la innovación y la competencia en los mercados; entre muchas medidas más.
La tarea es ambiciosa, pero posible. La última vez que Chile asumió un desafío como éste fue durante el gobierno de Patricio Aylwin, cuando aprovechamos el conocimiento y la mística de un grupo de economistas que, durante largo tiempo, se preparó para contribuir al desarrollo de nuestro país. Dos décadas después el grupo equivalente está en el bando contrario.
Fuente: La Tercera.com
Labels: crecimiento economico, derrota de la pobreza, fracaso del socialismo
Comments:
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Un detalle.
Este economista hasta hace poco era pro-concertación desde 1990. Por tanto, apoyó el alza de impuesto, la reforma laboral, etc.
¿Se habrá opuesto al modelo económico antes de 1990?
Yo le he leído otras columnas interesantes
Este economista hasta hace poco era pro-concertación desde 1990. Por tanto, apoyó el alza de impuesto, la reforma laboral, etc.
¿Se habrá opuesto al modelo económico antes de 1990?
Yo le he leído otras columnas interesantes
Desde el Congreso Virtual Internacional:
Mil disculpas, su Ponencia no ha llegado. Hemos revisado y no aparece en el Email.
Ansiosos esperamos por su Ponencia!
Un saludo,
@julita Sierra
Mil disculpas, su Ponencia no ha llegado. Hemos revisado y no aparece en el Email.
Ansiosos esperamos por su Ponencia!
Un saludo,
@julita Sierra
Te cito:
"El economista de Sebastián Piñera que votó por Lagos
Integra el "team económico" de Sebastián Piñera, pero la última vez que votó en una presidencial lo hizo por Ricardo Lagos. Raphael Bergoeing, ingeniero comercial (U. de Chile) y economista de la Universidad de Minnesota, debutó ayer con el grupo de expertos del área económica de la candidatura de Piñera, entregando planteamientos sobre el desempleo junto a Joaquín Lavín y Cristián Larroulet.
"
"El economista de Sebastián Piñera que votó por Lagos
Integra el "team económico" de Sebastián Piñera, pero la última vez que votó en una presidencial lo hizo por Ricardo Lagos. Raphael Bergoeing, ingeniero comercial (U. de Chile) y economista de la Universidad de Minnesota, debutó ayer con el grupo de expertos del área económica de la candidatura de Piñera, entregando planteamientos sobre el desempleo junto a Joaquín Lavín y Cristián Larroulet.
"
Gracias a los demás por su apoyo a este post con sus comentarios. Con tanto entusiasmo, ¿como no vamos a ganar en diciembre?
Efectivamente Cristian. Para elevar el nivel de vida de los pueblos es una condición ineludible el crecimiento económico.
Cuando NO se genera riqueza, solo resta repartir la que hay hasta que se acabe.
Pareciera ser que el concepto predominante consiste en creer que sólo se necesita que el estado se haga rico aunque éste sea incapaz de generar riqueza. Como esta riqueza no se obtiene por decreto , entonces es necesario sacarla de alguna parte. El resto de la historia es lo que estamos viviendo.
El estado chileno se está convirtiendo en un rentista compuesto por políticos que echan mano a las rebosantes arcas de la Bestia.
Eso les permite aparecer ante el pueblo como los reyes midas que satisfarán todas las necesidades del pueblo con su poderosa pluma dispuesta siempre a firmar decretos que nos harán cada día más felices.
Desgraciadamente este panorama es demasiado tentador para renunciar a él, incluso para la "deresha", que hoy disputa palmo a palmo con la Concertación el codiciado título de progre.
Cuando NO se genera riqueza, solo resta repartir la que hay hasta que se acabe.
Pareciera ser que el concepto predominante consiste en creer que sólo se necesita que el estado se haga rico aunque éste sea incapaz de generar riqueza. Como esta riqueza no se obtiene por decreto , entonces es necesario sacarla de alguna parte. El resto de la historia es lo que estamos viviendo.
El estado chileno se está convirtiendo en un rentista compuesto por políticos que echan mano a las rebosantes arcas de la Bestia.
Eso les permite aparecer ante el pueblo como los reyes midas que satisfarán todas las necesidades del pueblo con su poderosa pluma dispuesta siempre a firmar decretos que nos harán cada día más felices.
Desgraciadamente este panorama es demasiado tentador para renunciar a él, incluso para la "deresha", que hoy disputa palmo a palmo con la Concertación el codiciado título de progre.
En cuanto a la convicción requerida, tengo mis dudas por lo anteriormente expuesto.
A veces me parece que en la Alianza no existe mucha tampoco.
A veces me parece que en la Alianza no existe mucha tampoco.
Muy claro este artículo, Cristián, no sabía de este economista.
Por lo menos este señor está en el bando correcto...
Si estoy medio ausente es porque estoy sin mi laptop, pero falta poquito para volver....
Saludos....
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Por lo menos este señor está en el bando correcto...
Si estoy medio ausente es porque estoy sin mi laptop, pero falta poquito para volver....
Saludos....
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