Saturday, January 29, 2011

 
UNA BUENA OPORTUNIDAD PARA VERIFICAR LA TEORIA
DE QUE ALLENDE FUE ASESINADO POR AGENTES CUBANOS
EN LA MONEDA, SIGUIENDO INDICACIONES DE FIDEL CASTRO



Dado que los jueces en Chile tienen muy poca carga de trabajo, y que las causas avanzan raudamente para la gente común y corriente, el Poder Judicial chileno estimó conveniente dedicar su tiempo a investigar muertes ocurridas hace 40 años de cuyas circunstancias pocos o nadie dudan, pero que es conveniente para la izquierda reflotar a ver si al menos la sospecha puede salpicar en algo al gobierno actual y su gente, descendientes de los protagonistas de esa época. Todo vale con tal de intentar tergiversar las verdades históricas, ya que nuestros jueces, elegidos y promovidos durante los ultimos 20 años por gobiernos de izquierda, conocían muy bien a quiénes se debía agradar para ascender en la judicatura.
De este modo, no conformes con las indemostrables teorias conspiranoicas acerca de la muerte de Eduardo Frei y José Tohá (miente, miente, que algo queda...), ahora se procede a intentar investigar el suicidio de Salvador Allende en La Moneda en 1973, iniciativa que de acuerdo a la actual encuesta de Terra.cl aparece considerada como una de las noticias más bizarras y fuera de lugar del presente año ante casi el 50% de la opinión pública.
Sin embargo, no podemos negar que esta absurda y extemporánea investigación, que ocupa nada menos que un Ministro en visita exclusivo, puede tener algún saldo positivo, aparte del buscado con ahinco por sus creadores, que no sería otro que involucrar, del modo que sea, a militares chilenos en su supuesto "homicidio". Este aspecto positivo consiste en la oportunidad de sacar a flote la interesante teoria expresada por dos ex agentes secretos cubanos hoy en el exilio, Daniel Alarcón y Juan Vives, y publicada por el francés Alain Ammar en su libro "La Cosa Nostra, los Secretos de Estado de Fidel Castro" (2005), consistente en que Allende fue asesinado en La Moneda por su guardaespaldas cubano Patricio de la Guarda siguiendo órdenes directas de Fidel Castro, quien necesitaba un "mártir" para sus fines y no un presidente que se rindiera y exiliara , tal como, según esta teoría, pensaba hacer Allende. Si pensamos en que se desarrollará una investigación seria e imparcial aceca del tema, esta teoría debiera ser exhaustivamente investigada, y citados a declarar quienes la han presentado ante la opinión pública.
Cuidado izquierdistas , esta investigación podría salirles con el tiro por la culata.

Esta teoría circula abundantemente por la Web, y cito a continuación la versión redactada por el periodista Eduardo Mackenzie, en Paris en 2005:

"Salvador Allende no se suicidó, ni murió bajo las balas de los militares el 11 de septiembre de 1973.

Durante el asalto contra el palacio de la Moneda, el presidente de Chile fue cobardemente asesinado por uno de los agentes cubanos que estaban encargados de su protección. En medio de los bombardeos de la aviación militar, el pánico se había apoderado de los colaboradores del jefe de Estado socialista y éste, en vista de la desesperada situación, había pedido y obtenido breves ceses de fuego y estaba, al final, decidido a cesar toda resistencia. Según un testigo de los hechos, Allende, muerto de miedo, corría por los pasillos del segundo piso del palacio gritando: “¡Hay que rendirse!”.

Antes de que pudiera hacerlo, Patricio de la Guardia, el agente de Fidel Castro encargado directo de la seguridad del mandatario chileno, esperó que éste regresara a su escritorio y le disparó sin más una ráfaga de ametralladora en la cabeza. Enseguida, puso sobre el cuerpo de Allende un fusil para hacer creer que éste había sido ultimado por los atacantes y regresó corriendo al primer piso del edificio en llamas donde lo esperaban los otros cubanos. El grupo abandonó sin mayor tropiezo el palacio de la Moneda y se refugió minutos después en la embajada de Cuba, situada a poca distancia de allí.

Esta versión del fin dramático de Salvador Allende, que contradice las dos anteriores casi oficiales, dadas ya sea por Fidel Castro (la tesis de la heroica muerte en combate), ya sea por la Junta militar chilena (la del suicidio), emana nada menos que de dos antiguos miembros de organismos secretos cubanos, muy bien informados acerca de ese sangriento episodio y hoy exiliados en Europa.

En un libro que acaba de publicar en París las Ediciones Plon, intitulado "Cuba Nostra, les secrets d’Etat de Fidel Castro", Alain Ammar, un periodista especialista en Cuba y América Latina, analiza y confronta las declaraciones que le dieran Juan Vives y Daniel Alarcón Ramírez, dos ex funcionarios de inteligencia cubanos.

Exilado desde 1979, Juan Vives es un ex agente secreto de la dictadura cubana y sobrino de Osvaldo Dorticós Torrado, el presidente cubano de opereta que reinó de 1959 a 1976, y que fue “suicidado” en obscuras circunstancias en 1983. Vives cuenta que en noviembre de 1973, en un bar del hotel Habana Libre, donde algunos miembros de los órganos de seguridad del Estado solían reunirse los sábados para beber cerveza e intercambiar de manera informal chismes e informaciones de todo tipo, escuchó del mismo Patricio de la Guardia, jefe de las tropas especiales cubanas presente en la Moneda en el fatídico 11 de septiembre de 1973, esa escalofriante confesión.

Durante años, Vives no quiso dar a conocer esa información pues, como dice, “era peligroso hacerlo” y porque no había hasta ese momento ningún otro responsable cubano en el exilio que pudiera confirmar el carácter fidedigno de esos hechos. Cuando supo que Daniel Alarcón Ramírez, alias “Benigno”, uno de los tres sobrevivientes de la guerrilla de Ernesto Guevara en Bolivia, se hallaba también exilado en Europa, la idea de dar a conocer esos graves hechos volvió a cobrar fuerza.

En el libro de Alain Ammar, “Benigno” confirma plenamente la narración de Vives. Ambos conocieron a Salvador Allende y a su familia. Ambos vivieron en Chile durante el gobierno de Allende. Ambos escucharon, en momentos diferentes, la confesión de Patricio de la Guardia a su regreso a La Habana.

El libro de Ammar describe con precisión los últimos meses del gobierno de la Unidad Popular y, sobre todo, muestra el avanzado grado de control directo que Fidel Castro había logrado instalar –mediante sus centenas de espías de la DGI (un servicio cubano de inteligencia), mediante sus operadores y agentes de influencia implantados en Santiago–, sobre el presidente Salvador Allende, sobre sus ministros y hasta sobre sus amigos y colaboradores más íntimos. De hecho, la llamada “vía chilena al socialismo” había sido desviada por el castrismo hasta el punto de que dentro del gobierno de Allende hubo voces que criticaban esa brutal ingerencia. Meses antes de su muerte, Salvador Allende había sido ya “instrumentalizado por Castro”, explica Juan Vives.

“Pero Allende no era el hombre que la Habana quería tener en el poder en Santiago. Los que Castro y Piñeiro [brazo derecho de Castro en operaciones de espionaje en Latinoamérica, muerto recientemente en Cuba de un infarto] preparaban para el relevo, a espaldas del mismo presidente Allende, eran Miguel Henríquez, principal dirigente del MIR y Pascal Allende, número dos del MIR, lo mismo que Beatriz Allende, la hija mayor del presidente, quien pertenecía también al MIR”. Beatriz morirá en Cuba en 1974....

Ese control sobre el jefe de Estado chileno se había agudizado notablemente tras el primer intento de golpe militar, el 29 de junio de 1973, más conocido como el tancazo. Cuando la Habana supo que los chilenos que rodeaban al presidente estaban asustados, Fidel Castro hizo saber que Allende no podía en ningún caso rendirse ni pedir asilo en una embajada. “Si el debía morir, debía morir como un héroe.

Cualquier otra actitud, cobarde y poco valiente, tendría repercusiones graves para la lucha en América latina”, recuerda Juan Vives. Por eso Fidel Castro dio la orden a Patricio de la Guardia de “eliminar a Allende si a último momento éste cedía ante el miedo”.

Poco después de los primeros ataques a la Moneda, Allende mismo había dicho a Patricio de la Guardia que había que pedir el asilo político ante la embajada de Suecia. El mandatario había incluso designado a Augusto Olivares, su consejero de prensa, para hacerlo. Probablemente por eso Olivares, alias el perro, fue también ultimado por los cubanos antes de que éstos enfilaran baterías contra el presidente de Chile.

“Reclutado por la DGI cubana, Olivares transmitía hasta los pensamientos más mínimos de Allende a Piñeiro, quien, a su vez, informaba a Fidel”, declara Juan Vives.

Otro guardaespaldas chileno de Allende, un tal Agustín, fue también “fusilado” por los cubanos en esos momentos dramáticos, según la declaración hecha por “Benigno” al autor del libro. Semanas después del golpe de Estado, Patricio de la Guardia había revelado, en efecto, a “Benigno” el fin de Agustín, hermano de un amigo suyo que vive aún en Cuba, y le había dado otro detalle importante sobre lo ocurrido durante esa trágica mañana en el palacio de la Moneda: antes de ametrallarlo, el agente cubano había atrapado con fuerza a Salvador Allende, quien quería salir del palacio, y lo había sentado en el sillón presidencial gritándole: “¡Un presidente muere en su sitio!”.

La versión del asesinato a quemarropa de Allende no era del todo desconocida. El 12 de septiembre de 1973 varias agencias, entre ellas la AFP, resumieron en cuatro líneas ese hecho. Publicado al día siguiente por Le Monde el cable decía: “Según fuentes de la derecha chilena, el presidente Allende fue matado por su guardia personal en momentos en que pedía cinco minutos de cese al fuego para rendirse a los militares quienes estaban a punto de entrar al palacio de la Moneda”. Ammar indica que esa hipótesis “fue enterrada inmediatamente” pues ella no le convenía a nadie: “ni a los colaboradores de Allende, ni a la izquierda chilena, ni a sus amigos en el extranjero, ni a los militares ni, sobre todo, a Fidel Castro…”.

La confirmación que esa, hasta hace poco, “hipótesis” acaba de recibir de parte de Juan Vives y Daniel Alarcón Ramírez podría ser reforzada en el futuro por los testimonios de otros funcionarios cubanos silenciados hasta ahora y por documentos que se encuentran fuera de Cuba. En efecto, en un banco de Panamá reposaría la pieza maestra de este magnicidio.

Según los autores del libro, Patricio de la Guardia, condenado a treinta años de cárcel durante el proceso-farsa contra el general de división Arnaldo Ochoa Sánchez, y hoy en residencia vigilada, habría depositado en el cofre de un banco panameño un documento comprometedor en el que describe, entre otras cosas, el asesinato de Allende por orden de Castro, texto que debería ser revelado en caso de muerte de Patricio de la Guardia. Fidel Castro, según los autores del libro, habría tomado muy en serio esa amenaza y habría hecho que éste escapara al fusilamiento, a diferencia de Tony, hermano de Patricio, quien junto con el general Ochoa y dos otros funcionarios del ministerio del Interior, fué pasado por las armas el 13 de julio de 1989.

La revelación de lo ocurrido a Salvador Allende no es interesante únicamente para los historiadores de la calamitosa aventura de la Unidad Popular en Chile. Lo es igualmente, y de qué manera, para los nuevos amigos latinoamericanos de Fidel Castro, especialmente para el presidente Hugo Chávez de Venezuela. Hugo Chávez y los otros, por más jefes de Estado confiables que puedan ser para La Habana, como lo pudo haber sido en su momento, al menos en los papeles, el presidente Allende, podrían estar siendo ahora objeto de idénticos entramados siniestros de control y de dominación física y política directa por parte de los mismos servicios que obraron tan bestialmente contra el presidente de Chile. El libro de Alain Ammar aborda, en sus 425 páginas, muchos otros temas y episodios relacionados con las complicadas y no siempre exitosas operaciones secretas de La Habana en Cuba y en varios países. "




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Comments:
No es que si resulta cierta esta teoría...Naaah! Si fuera verdad, jamás la harían publica. No le conviene ni a la Concertación ni a este Gobierno tan calzonudo.
 
Esta teoría ya la escuche en un pasado, no recuerdo si por parte de mi madre o de mi hermano mas viejo.
La realidad es que un "mártir" ha sido siempre mas importante para la izquierda! Visitando familia en Chile ahora en enero, y a pedido de mi esposa, visité la casa de Neruda y me fue imposible no bromear al comprar la entrada, diciendo a mi esposa "bienvenida a Comunismo Ltda."
hablando de a un tipo de empresa de capital limitado... Las grandes cabezas comunistas han sido siempre burgueses mediocres, Allende tenia dinero, Neruda tres casas, Castro familia millonaria y etc. Gente (en buena parte) que en la verdad no ganaron y si heredaron. El mismo médico de Allende afirmó en muchas veces sobre el suicidio... la teoría de asesinato por militares o muerte en combate es historia apenas para los niños ingenuos catequisados por la izquierda.

Saludos!
 
Gracias a Violante y a Pablo por apoyar este post con sus comentarios. Para los demás, bueno, como este tema del asesinato de Allende por parte de funcionarios cubanos es tan común y corriente, conocida y lógica, no merece mayores comentarios.
Bueno, asi no más es la gente de derecha, la misma que espera que las ideas correctas y la verdad se impongan por osmosis natural y no se esfuerza en mover siquiera un dedo (literalmente, en este caso) por ayudar a que se establezca.
 
Cristian,

El crecimiento de una ultra-derecha en el mundo es justamente por que una derecha mas ponderada no se mueve, dejando de esta forma que leyes y instituciones fueran forjadas y tomadas por personas tendenciosas y nada éticas!
Yo, así como cualquiera de derecha, creo que las leyes se aplican de igual forma a cualquiera, que las reglas son para todos... creo en una sociedad organizada y con libre pensamiento nacido en la familia!
Hoy, donde quiera que mires, las reglas son otras... no hay el respeto que se enseñaba, no existe la lógica de proteger a la victima de un asalto y si se protege al ladrón! no se mira a una victima simplemente por lo que es, y si se lleva en consideración el echo de ser de izquierda para justificar todo el daño que pueda o pudo hacer... No hay lógica en un ex-CNI no poder hacer parte de na máquina estatal y en contra partida un ex-FPMR si poder hacerlo... La realidad es que nos callamos y ahora tenemos las consecuencias.
 
Tienes razón, Pablo, pero al menos yo no me he callado en los últimos 5 años, publicando este blog muy leido y escasamente reconocido, y tú tampoco lo has hecho, opinando aqui con frecuencia.
El problema son los demás, aquéllos que esperan que sea el derechista de al lado quien defienda sus propias ideas. Con un paréntesis de 1971-73, la gente de derecha en Chile es la misma que en 1970 prefirió irse a pasear el dia feriado de las elecciones presidenciales para que fueran LOS OTROS quienes fueran a votar y permitieran a Alessandri ganar la elección, lo que finalmente no sucedió.
La gente de derecha en Chile no ha cambiado mucho desde 1970.
 
Tal parece que algunos izquierdistas se están inquietanto mucho con la perspectiva de que se investigue cómo murió realmente Allende, lo que podría derribar varios mitos (partiendo por la traición de Fidel), de modo que se apresuraron a poner en movimiento su habitual maquinaria de fabricar inventos acomodaticios a medida para su doctrina, como esta
noticia .
 
La verdad es que esta teoría ya la había escuchado y dicen que es muy probable que así haya ocurrido, pero como dice Violante, jamás lo van a reconocer porque no les conviene.....
 
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