Sunday, May 01, 2011

 
LA VERDADERA CARA DE LA RELACION
DEL COMUNISMO
CON LOS OBREROS:
LA LECCION DE KRONSTADT


Tropas del Ejército Rojo atacando Kronstadt

Nos encontramos a inicios de 1921. Los largos años de guerra mundial, luego la Revolución seguida por la Guerra Civil habían debilitado a Rusia hasta el extremo de la extenuación y la hambruna, llevando al pueblo a la desesperación. Pero, en fin, a esa altura la Guerra Civil había concluído (lamentablemente para Rusia, como pronto se darían cuenta) con el triunfo de los bolcheviques o comunistas sobre los rusos blancos, lo que hacía esperar al pueblo ruso una mitigación de las severas disposiciones del régimen bolchevique, ante la ausencia de enemigos internos y externos.
Terminada la guerra civil, se esperaba que los comunistas abolirían las restricciones introducidas durante la guerra, instaurarían ciertas libertades fundamentales, comenzaría la normalización de la vida diaria y el cumplimiento de las promesas de gobierno de obreros y campesinos tan reiteradas y por las que muchos los habían apoyado y soportado tantas penurias en esos cuatro años. Lejos de ser popular, el gobierno bolchevique era, por el contrario, soportado por los obreros debido a su plan, frecuentemente anunciado, de emprender la reconstrucción económica del país una vez que cesaran las operaciones militares.
Desgraciadamente, estas esperanzas se vieron pronto frustradas. El Estado comunista no mostró ninguna intención de debilitar el yugo, pretendía continuar con la misma política. La militarización del trabajo esclavizaba aún más al pueblo que en la época zarista, y éste se exacerbaba más y más por la opresión creciente y por la tiranía. Al desaparecer esta esperanza, quedaba el convencimiento real de que al partido comunista le interesaba más conservar el poder político que salvar la Revolución.
Fue el proletariado de Petrogrado, hoy San Petersburgo, aquél que soportó el mayor peso de la Revolución y que era considerado el más revolucionario de todo el pais, el primero en levantar la voz de protesta ante este estado de cosas. Su protesta iba dirigida contra el autoritarismo, la centralización bolchevique, la burocracia y la actitud autocrática con los obreros y campesinos por parte del gobierno comunista. Estos rehusaban las menores concesiones al proletariado para el que decían gobernar, y la respuesta se tradujo en una serie de huelgas de fábricas en Petrogrado organizadas por los obreros contra el gobierno comunista, iniciadas el 24 de febrero de 1921. Este se negó a conversar con los huelguistas y reaccionó creando un Comité de Defensa, como en períodos de guerra, encabezado por un odiado personaje comunista llamado Zinoviev, y el envío de tropas de "kursanty" (fanáticos cadetes de las escuelas militares comunistas) para atacarlos. Al mismo tiempo, se cerró la fábrica de Trubochny y se dejó a sus obreros sin la ración estatal de víveres. Se suprimieron varias organizaciones obreras.
Una declaración pegada en las paredes de Petrogrado el 27 de febrero decía:

"Se ha hecho necesario un cambio completo en la política del gobierno. En primer lugar, los obreros y los campesinos tienen necesidad de libertad. No quieren vivir según los decretos de los bolcheviques: ¡quieren controlar sus propios destinos!¡ Camaradas, mantened el orden revolucionario!"

Con la sabiduría que entrega el paso del tiempo y la historia, esta declaración de los obreros de Petrogrado rezuma candidez e ingenuidad. Ingenuidad al esperar que el comunismo, una vez habiéndolos utilizado para alcanzar el poder, iba a manifestar algún grado de genuina preocupación por sus anhelos y esperanzas. Ingenuidad al no darse cuenta que comunismo y libertad son incompatibles, sino antagónicos. La misma ingenuidad que uno observa en los actuales obreros y trabajadores chilenos que, ignorantes de las lecciones de la historia, más de 80 años después, aun confían candidamente en ellos.
Pero los acontecimientos no quedaron sólo allí, veamos qué ocurrió más adelante al enfrentar los comunistas en el poder la primera reclamación de parte de los obreros en nombre de quienes ellos decían gobernar.
A unos 80 km de Petrogrado, en el golfo de Finlandia, se hallaba la isla de Kronstadt, una importante base naval donde estaban anclados el Sebastopol y el Petropavlosk, dos importantes acorazados de la marina rusa que habían apoyado decisivamente a los bolcheviques en 1917.Sus marineros eran aún más revolucionarios que los obreros vecinos, casi rozando en el anarquismo, al punto de haber sido calificados por Trotsky como "el orgullo y la gloria de la Revolución" por su entusiasmo en los recién pasados días de la Revolución Rusa. Eran fervientes partidarios de los soviets, pero se oponían a la dictadura de cualquier partido político. Al enterarse de la reacción a la huelga de Petrogrado, celebraron un mitin en su puerto el 1° de marzo que reunió a 16.000 marinos y trabajadores, en la que aprobaron una declaración de 15 puntos , donde pedían elecciones libres de sus soviets con voto secreto, libertad de los detenidos políticos, abolición del sistema unipartidista, supresión de los comisarios políticos creados por Trotsky y de la Cheká o policía política. Algunos puntos del petitorio resultan de una candidez que emociona, al dar la impresión de que ellos ignoraban a qué tipo de sistema se enfrentaban, como el punto número 11: "Dar a los campesinos plena libertad de acción en lo que concierne a sus tierras y también el derecho a a poseer ganado". Todos derechos normales en un sistema occidental, pero lujos inaceptables en un régimen comunista. Pese a todo, el ánimo de los marineros era llegar a acuerdos pacificos con el gobierno, y no llegar a un enfrentamiento directo. Sin embargo, ya el 2 de marzo el gobierno estaba organizando un ataque militar a Kronstadt, el emitió una declaración, firmada por Lenin y Trotsky, acusando a los marineros de ser "instrumentos de antiguos generales zaristas que, junto con los socialrevolucionarios traidores han preparado una conspiración contrarrevolucionaria contra la república proletaria" . Sin ninguna verguenza, aun por la abierta contradicción de sus palabras, la propaganda leninista llamó " al proletariado a asociarse al soporte y a la defensa del gobierno de los obreros y campesinos contra la revolución contrarrevolucionaria de Kronstadt". Al mismo tiempo, en Petrogrado se encarcelaba en calidad de rehenes a los familiares de los marineros de Kronstadt que allí vivían. Se culpó además a espías franceses, financistas finlandeses, una conspiración de la Entente, todo falso, como sabemos, pero muy en el estilo de desinformación comunista (¿no les recuerda a uno quien culpa de todo al "imperialismo yanqui" por aquí cerca?).
Y ¿de qué "república proletaria" hablaban, de una que ataca ante la primera disidencia a los propios proletarios?
Los marinos de Kronstadt se negaban a creer que sus compatriotas llegarían a atacarlos sin más, según consta en su diario editado en su ciudad en esos días por ellos mismos, el Izvestia. La población consideraba tan repugnante la idea de dicho ataque, que se la consideraba ridícula.
El 5 de marzo se dan plenos poderes a Trotsky para reprimir el motín, y el Ejército Rojo inicia sus ataques a Kronstadt el 7 de marzo, con bombardeo de artillería de los fuertes cercanos sobre Kronstadt, seguido por intentos de asalto a la fortaleza. Diariamente se enviaban desde Petrogrado más y más tropas frescas a combatir, muchos murieron víctimas de tormentas de nieve o ruptura del mar helado donde pisaban por obra de sus propios cañones. Después de 10 días de continuos ataques, durante los cuales muchas unidades del Ejército Rojo fueron obligadas a atacar a punta de pistola, y algunos miembros del Ejército Rojo se terminaron uniendo a la rebelión, éste fue finalmente exterminada por los 50.000 soladados enviados al mando del General Mijail Tujachevsky. El 17 de marzo las tropas ingresaron al puerto, ejecutando durante los siguientes días a unos diez mil marineros, y muchos más fueron enviados a campos de concentración en Siberia. Algunos habrían huído a Finlandia, donde habrían tenido la oportunidad de cuestionar todo aquéllo por lo que habían luchado y por lo que habían sido engañados.
Una especie de nuestra tan manoseada matanza de la Escuela Santa María, pero perpetrada por comunistas contra obreros y marineros.
Una completa y extensa revisión de los acontecimientos de Kronstadt se puede leer del relato de un testigo presencial, Alexander Berkman,en este link. Si bien este autor es anarquista y comparte las absurdas y fracasadas ideas de la dictadura del proletariado, su visión de primera mano de los acontecimientos parece sincera y completa. Reivindica el espiritu de estos marineros, idealistas sinceros, pero que pagaron un alto costo al abrazar una ideología destinada al fracaso y al sufrimiento .

Labels: , ,


Comments:
Ayer estaba pensado en esa rebelión y fui a wikipedia.

En mi blog más de una vez he dicho que nosotros tuvimos nuestra propia rebelión de Kronstadt.

En uno de esos libros de la editorial Lom, lo mencionan. Si Allende era 'constitucional', ¿Por qué lo mencionan? Ellos mismo, pese a sus mentiras, se descubren.

Como le contaba a Francisco, mi hermana menor pololea con un comunista emparentado con los Edwards, que es menor de treinta años. Nació a mediados de los ochenta como mi hermana menor. Como típico izquierdista les gusta hablar de movimientos y rebeliones, siempre cuando la hagan ellos. De hecho, no considera la caída de Allende como una rebelión civil y militar.

¡Qué bueno que hayas hecho un link a la declaración Kronstadt.
 
Este asunto, como muchos otros temas, no estaba en mi radar.. mientras más conozco, que quieren que escriba... más detesto las ideologías de izquierda, mezcla de mentiras, paranoia, irracionalidad e ideas ilógicas.

El narcotráfico y Allende, la responsabilidad de Ominami en el accidente de trenes, los atentados de los que me había olvidado, el ateo de Baeza, las coimas de Letelier, el comandante Pepe, las toneladas perdidas de Carrizal, etc.

Una cosa que sí sabía, es el destino de Tujachevsky, lo mató Stalin (ídolo de la alimaña neruda) en las purgas de 1937, algunos dicen que era inocente, otros que si conspiró, y otros que la SD de la Alemania Nazi estaba detrás del complot. En cualquier caso, murió en su ley.
---

Puchas Javier... y Yo que me quejó por que el de mi hermana es un RN :)
 
El periodista del New York Times, Walter Duranty, era corresponsal en Moscú.

Sobre estos abusos él dijo cosas como " para hacer tortillas hay que romper huevos" , "he visto el futuro y funciona".

Se ganó un Pulitzer.
 
Y la alimaña de neruda un Nolbel...
 
Heitai, creo que si la octava parte de los ejecutados en las purgas stalinistas fueron culpables era mucho. Fueron purgas nacidas de una mente enferma. Stalin era un paranoico delirante. Su exterminio de generales como Tukhachevsky casi le cuestan la guerra. La invasion Nazi encontró a Rusia desarmada sin alto mando sin generales, sin estrategas, eso si con muchos comisarios.
 
Cristián, sobre tu comentario en mi post sobre la Stasi y Bachelet, me encontré con esta cita de Victor Farías, que buscó su ficha:

"El archivero se mostró extrañado de que no se hubiese elaborado un acta individual de Michelle Bachelet y que ella apareciera mencionada tan sólo en la de su marido, Jorge Leopoldo Dávalos (MQS Allg. P4321/81). En cambio, sí me entregó un documento relativo a ella provisto de una sugerente anotación, que “prohíbe entregar ulterior información sobre sus actividades” (auskunftsperre)."
 
Muy interesante la información que recabaste, Heitai. Muy curiosa la situación,no cualquiera tiene tanta importancia como para,aun ahora, a 20 años de la caida de ese régimen,impedir el acceso a sus antecedentes. parece que estamos frente a un pez muy, pero muy gordo de la nomenklatura alemana oriental.
En EEUU jamás hubieran permitido que una persona así llegara a la presidencia sin aclarar ni investigar su pasado exhaustivamente.
 
Post a Comment

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Free Web Site Counter
Counter BloGalaxia