Monday, July 04, 2011
LA BATALLA DE LAS IDEAS:
ESTA ES LA VERDADERA E INEXPLICABLE
DESIGUALDAD
Por: Axel Buchheister
Fuente: La Tercera
LAS PROTESTAS estudiantiles tienen singular éxito, a juzgar por la cantidad de gente que sacan a la calle. Envalentonados, piden de todo: nacionalización del cobre y reforma tributaria, y que lo que se recaude con estas medidas vaya a una educación pública gratis para ellos. Evidente, cualquier otro destino sería que los demás lucren de protestas ajenas.
Analistas de variados domicilios reconocen, aunque más bien "en off", que muchas de las peticiones carecen de rigor, sensatez y financiamiento. Es la tónica de los tiempos, nadie se atreve a decir algo que contradiga las consignas ambiente. Por su parte, el gobierno intenta comprender la razón de la crisis, cuando los indicadores económicos están mejorando. Es que son las ideas, no la economía. Si un asesor de Bill Clinton dio en el clavo al decir "es la economía, estupido", fue porque en Estados Unidos las ideas están claras: sería impensable que el rector de la principal universidad estatal exhibiera el triple de empleados administrativos por cada alumno, en comparación con cualquier otra universidad pública o privada, y que además golpeara la mesa.
Cuando se abandona la batalla por las ideas, no bastan la buena gestión y la economía saludable, porque las necesidades siempre existen y si no hay un marco conceptual sólido, las soluciones fáciles se apoderan del debate. De otra manera, no se entiende cómo al cabo de un año y medio de gobierno de derecha -que esperó 20 años para llegar ahí- estemos con el mayor peligro en décadas de soluciones estatistas para todo. No sólo en educación, sino que con un gasto público creciente, leyes sobre control del consumo de alimentos y bebidas alcohólicas o el proyecto sobre TV digital, que le entrega un poder enorme al Estado para exigir programaciones a su gusto. Por el contrario, no se observa ninguna propuesta de recurrir a soluciones privadas para enfrentar algún problema.
Es una batalla que se ha abandonado al grado de que proponer ideas distintivas del sector es casi motivo de burla. Más aún, escuchar a sus políticos hace pensar que es posible el estatismo de mercado. Roberto Ampuero escribía hace poco sobre una derecha avergonzada, que pide disculpas por serlo, pese a ser suyo el modelo económico que trajo a Chile prosperidad inédita y lo colocó ad portas del desarrollo. Es sintomático que en Gran Bretaña, Canadá o Australia existan partidos que se llaman conservadores o liberales (en el sentido tradicional), y que con frecuencia ganan el poder. Quizás por eso en países como Suecia y España, donde los partidos de la derecha se llaman "popular" o "moderado", el poder les ha sido más esquivo. Aquí, para que no se note, ya son una mera sigla.
Mientras, los centros de estudios del sector sirven de tribuna a expositores de izquierda o integran "consorcios" con centros de la Concertación para acordar ideas intermedias. Y de los adherentes ni hablar, no sólo porque no exigen nada a sus políticos, sino porque si alguien llamara a una marcha para defender el matrimonio, ese que nos han legado nuestro padres, no iría nadie. Para pretender que no hayan demandas insensatas ni protestas destructivas, antes que nada hay que creerse el propio cuento.
Labels: ideas de derecha, verguenza incomprensible
Tienen fuerza; pero no por sus argumentos, sino por su violencia. Hemos de detenerlos como sabemos que es mejor: argumentando. Y, si no podemos, aún podremos lamentarnos de vivir en un país donde la violencia de algunos prima sobre los derechos fundamentales de todos.
Cristián Mancilla: bienvenido por estos lados. Te encuentro también toda la razón. Todos estos movimientos absurdos no habrían tenido lugar, ni siquiera se hubieran insinuado, si tuviéramos un gobierno firme y convencido de sus ideas.
http://www.elciudadano.cl/wp-content/uploads/2011/07/Instructivo-jur%C3%ADdico-para-estudiantes-movilizados-RADDE.pdf
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