cuidado por quien votas

¿qué tiene que hacer una bandera del Frente Manuel Rodriguez en una manifestación estudiantil? ¿Infiltrados?
Fotos: Emol.com


A veces, al analizar los recientes hechos asociados a las protestas estudiantiles, y observar algunas reacciones de los involucrados, me da la impresión de haberme perdido de algo en los acontecimientos, algo que permita enhebrar alguna secuencia lógica en ellos.
Por ejemplo, la actitud del gobierno. A veces me da la idea de que la presidenta Bachelet, (ausente del conflicto salvo para atacar a Carabineros que repelen, por enésimo día, los actos de vandalismo que se producen justamente por la incapacidad e inoperancia del gobierno para ponerle fin al citado conflicto) cree que las pancartas de los estudiantes, donde ella aparece caricaturizada, son prueba de su popularidad entre ellos. No se da cuenta que es a ella misma, y al gobierno concertacionista de 16 años, a quienes reclaman los estudiantes; son ellos los principales responsables de las falencias del actual sistema de enseñanza, con la reforma ideada por Jose Joaquín Brunner en 1994. En Terra.cl afirma su creador:
“Estudiantes tan inteligentes y bien organizados son producto de este sistema educacional”, afirma con un dejo de jactancia el hombre que hace más de una década diseñó el modelo educativo, que hoy todos quieren tirar a la basura.
¡Hay que ser muy cara de raja para afirmar eso en estos momentos! Y no es el único...

Hay que darse cuenta, además, de que en Chile nadie impone respeto. Tenemos una autoridad que, frente a las críticas de los estudiantes secundarios, se une a ellos como si no tuvieran nada de culpa en estos problemas y tratando de pasar piola, un gobierno "buena onda", que apoya sus propuestas, sin reconocer que ellos son los primeros culpables de las quejas de los secundarios.Pero, por otra parte, debemos confiar en el buen criterio de cabros de 16 o 17 años, porque si se les ocurre protestar,algunos terminan haciendo lo que quieran, saqueando y destruyendo, sin que haya una autoridad de respeto que los controle. Y cuando Carabineros intenta salvaguardar a los transeúntes y comerciantes atacados, les llueven las críticas como si ellos iniciaran los conflictos y fueran ellos quienes lanzan piedras a diestra y siniestra. Si hasta los profesores, directores de colegio e infaltables periodistas les apoyan cualquier gracia que se les ocurra hacer a los cabros, y los daños, bueno, como siempre, paga Moya.
Algunos detalles que se olvidan, por el fragor de las pasiones: ¿quién pagará el agua, la luz y el teléfono de los colegios tomados? Peor aún, ¿de adonde saldrá dinero para pagar a los profesores entusiastas de los paros, si las municipalidades no recibirán dinero por subvención durante estos días sin clases? Talvez, bien vale la pena no cobrar un mes de sueldo, con tal de darse el gusto de protestar.
¡Ah, y la nueva ocurrencia del gobierno! Cargarle la mata a dos grupos incapaces de defenderse legalmente, como Carabineros y los neonazis. Con eso se sacan los pillos, desvían la atención de las críticas al pésimo desempeño de Zilic (a quien nadie le pide la renuncia, por cierto), la ausencia injustificada de la escena del conflicto de Bachelet (¿para cuidar su imagen, talvez?) y los errores de la reforma iniciada por la concertación.
Todo eso debe ser culpa de los pacos y los neonazis, y no de la Concertación, que es tan maternal y buena onda con los cabros y no tiene ninguna culpa de nada.
Y este ambiente de marchas y protestas con actos vandálicos, tan parecidas a las de la época de la unidad Popular, debe arrancar suspiros de nostalgia a muchos miembros actuales del Gobierno. Han permitido recrear, tras tantos años intentándolo, un microclima de lo que se vivía en Chile entre 1970-73.
¡Qué bien está este país !, ¿verdad?